Opinión

Por fax y señales de humo

En un garito coruñés había una pintada en un espejo que dejaba descolocado al personal que entraba con la sana intención de desnucarse en el pozo de una copa: "Humano viene de humo". Todos decían entender el mensaje y el que más o el que menos pontificaba con una solemnidad propia de una gran noche de farra o de un discurso político.

Pasó el tiempo, el mensaje se deslió de tanto ser contemplado con un cigarrillo en la boca y el espejo acabó destrizado durante la mudanza. Nadie fue capaz de cuantificar el valor de ese pensamiento, pero el humo todavía ulula en la cachola de los humanos que paraban allí.

Uno de los clientes volvió a recuperar el aforismo hace unos días durante una conversación sobre el funcionamiento de la Administración gallega. "Es todo humo como ponía en aquel espejo", recordó con una mueca de desilusión tan desoladora como sus palabras.

Resulta que en el departamento de informática de la Xunta cuando tienes que enviar un papelujo oficial las instancias superiores ordenan que lo hagas por fax. Sería un ejercicio ímprobo recuperar las veces que el presidente Feijóo se ha llevado a la boca las palabras "innovación tecnológica, teleasistencia o gestión telemática". Mientras desde el Gobierno se vende innovación y siglo XXI, a sus empleados se les obliga a utilizar el fax para cursar una reclamación, como si se tratase del departamento de atención al cliente de una empresa de telefonía móvil, que lo único que pretenden es que desistas de tus sanas intenciones haciéndote la puñeta. El mundo se comunica por correo electrónico, pero los cachondos te piden que te des de baja por fax. La próxima vez que alguna administración le reclame un tributo, soliciten que le envíen el recibo por el mismo conducto. Acabará pagando igual, pero al menos se dará el gustazo de devolver el brete.

Acabaremos aporreando la máquina de escribir para decir con copia carbón a todos los que gestionan los recursos públicos que es más sensato contar la verdad y confirmar si podemos o no sostener los actuales sistemas públicos. No se puede ir de campeón o de derrotado según convenga por el auditorio. Ni tampoco vender humo porque el personal ya no tiene fax, pero no es gilipollas como nos toman y posee una memoria envidiable. Señales de humo...

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