Opinión

Flores

Llevaba una vida de espinas e iba tirando de las monedas que sacaba vendiendo rosas por la noche salmantina. Todos le llamaban Flores, aunque nunca explicó si era por el apellido o por la actividad con la que se costeaba el globo. La primera farra universitaria resultó una sorpresa. “Este pueblo está muy bien organizado”, sentenció un colega de carrera con un ojo puesto en las tres rosas que acababa de elegir y el otro en la guiri que pretendía conquistar. “Siempre hay que regalar número impar y con una sola quedas de cutre”, rezaba su enmohecido manual de galán. Se convirtió en cliente habitual mientras la mayoría de universitarios sólo rebuscaba en el bolsillo cuando Flores reconocía abiertamente que la venta necesitaba riego, al igual que su dependencia.

En vísperas del Día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos –un universitario sólo regresaba a casa en Navidad y Semana Santa– ensalzó las maravillas de los cementerios gallegos para un negocio como el suyo. “Sobre todo en esta época, porque estarán todos llenos de preciosas coronas”, comentó sin disimular la procedencia del género que ofrecía, sobre todo a parejas que amagaban carantoñas para que acabasen en caricias. La confesión sobre el segundo uso de las flores antes de que se marchiten sobre una lápida era innecesaria, pero el galán de feirón no comprendió que estaba ante un precursor de la economía circular ni que la muerte es consustancial a la vida. Dejó de comprarle, achacando sus derrotas en la conquista a las rosas sisadas de los ramos de difuntos.

Flores regresó de los recuerdos casi perdidos al abrir el ordenador para armar el folio de cada día. La Región informaba en su noticia principal de que el Concello de Ourense tiene abandonado a su suerte el cementerio de San Francisco, declarado Bien de Interés Cultural y donde yacen personalidades como Ramón Otero Pedrayo, Valente, Blanco Amor o Xaquín Lorenzo Xocas. La belleza de la piedra tallada permitiría organizar visitas guiadas como se hacen en el cementerio de San Amaro en A Coruña, pero el alcalde se centra en Halloween. Flores tendría que dedicarse a las calabazas. Un día dijeron que había diñado. La noche salmantina se quedó sin Flores.

Te puede interesar