Opinión

Contra el fuego en bloque

La mañana se presentó luminosa y venteada en León, parecida a la que quedaba al abandonar Ourense el día anterior tras asistir al Foro La Región que protagonizó Ana Pontón, portavoz nacional del BNG, “y la primera mujer que presidirá la Xunta”, según el anhelo de los simpatizantes nacionalistas. Ana Pontón posee la “humildad necesaria” para conseguirlo –virtud esquiva en política–, confesó hace unos años a este chófer de anécdotas Anxo Quintana, que llegó a la vicepresidencia del Gobierno bipartido cuando lideraba la formación. Quintana y Alfredo Suárez Canal, exconselleiro de Medio Rural en ese Ejecutivo, respaldaron a Pontón en la mesa que presidía la conferencia, al igual que Luís Seara, candidato a la Alcaldía de Ourense, que se encargó de la presentación.

Suárez Canal penó muchas noches en el despacho de San Caetano cuando en Galicia ardió hasta la mediana de la AP-9 en 2006. El reencuentro con el político que prendió una iniciativa tan brillante como el Banco de Terras para combatir el abandono del rural propició que la pestaña recién levantada se fuese hacia la montaña leonesa. Detrás de ese muro que parece inquebrantable seguía quemándose Asturias con 91 incendios declarados. La Xunta que ahora preside Alfonso Rueda daba por extinguido el incendio del municipio lucense de Baleira que arrasó 1.400 hectáreas, 1.100 de monte raso, y la Consellería de Medio Rural decidió enviar ayuda al vecino con un dispositivo formado por tres brigadas, un agente, un técnico y dos motobombas del Servizo de Prevención e Extinción, además de cinco bomberos forestales conductores, siete vehículos ligeros, un camión cisterna para abastecer las motobombas y un dron de coordinación de la Axencia Galega de Emerxencias (Axega).

Se presuponía que detrás del alto del puerto de Pajares (1.378 metros) la cordillera Cantábrica estaría bajo una costra de humo, pero al alcanzar la cima se presentó la estampa de un día soleado por un viento que seguía avivando brasas en la parte occidental. En la cafetería del Mirador, antiguo parador nacional, la camarera contemplaba la vista despejada con preocupación. “En el pueblo hay una escombrera de carbón y como un día llegue el fuego no parará de arder en años”. Quema pensarlo. 

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