Opinión

Galicia coge altura

A mediados de julio de 2015 el conselleiro de Economía e Industria. Francisco Conde, convocó a la prensa en San Caetano para presentar una apuesta industrial con un entusiasmo que resultaba inhabitual en un profesor universitario fichado por Feijóo para la política. La Xunta calculaba que el negocio de los aviones no tripulados o drones movería "unos 67.000 millones en 2020". Galicia quería volar alto y posicionarse para ser referente en la industria aeronáutica. "Después de estudiar las posibilidades comprobamos que en este sector podemos ser punteros", auguró Conde. Días antes, el Consello de la Xunta había aprobado la licitación de 25 millones para acometer en el aeródromo de Rozas (Castro de Rei) del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) un parque tecnológico para despegar con socios industriales en un prometedor mercado compartiendo riesgos y beneficios. 

Siete multinacionales, entre otras 200 firmas, se mostraban interesadas con el vuelo."Hoy están vendiendo el despegue, pero ya sabemos como suelen aterrizar las ideas elevadas", comentó un descreído informador económico con muchas decepciones anotadas en la libreta. Casi seis años después el titular principal de la primera página del Diario de León de ayer rezaba: "Galicia invierte 164 millones y gana a León la carrera por el desarrollo de los drones". El subtítulo indicaba que "el apoyo de la Xunta con 45 millones de inversión directa involucra a la iniciativa empresarial y a 800 profesionales y lanza el desarrollo de casi 60 proyectos". A veces desde fuera se ve otra perspectiva. Conde asegura ahora que con los fondos europeos Next Generation se puede impulsar una inversión de 500 millones. Las oportunidades se cazan al vuelo.

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