Opinión

Hijos pobres, pobres padres

Omar mueve su osamenta de casi dos metros con una alegría contagiosa. A pesar de ir siempre cargado de cachivaches con los que se gana los garbanzos, en el abrevadero sólo una vez lo escucharon quejarse porque le apretaban unas zapatillas que le habían regalado. Y dio la impresión de que la culpa era del tamaño de su pie y no de la talla del calzado. "A los hijos los cría dios", volvió a responder el otro día al preguntarle por la treintena de churumbeles que tiene en Senegal con sus cuatro mujeres. "Las que puedo alimentar", explica cuando alguien se interesa por su vida y las costumbres de su país. La prole aumenta cada vez que visita a la familia y al regreso irradia felicidad. Es más rico de lo que podamos creer con nuestra mentalidad consumista.

"En España tener hijos es un riesgo de pobreza", aseguró ayer Sebastián Mora, secretario general de Cáritas, tras la firma de un convenio con la Fundación Barrié para potenciar la atención escolar a menores. Con este programa financiado con 150.000 euros se adquieren libros de texto, material escolar e incluso gafas para los chavales de familias con los recursos contados. Quizá tengan más que los hijos de Omar, pero el estigma invisible de la beneficencia que suple la acción política no se sacude con facilidad. Pobres padres. En Galicia, según Cáritas, existen 30.000 hogares en los que no entra ningún ingreso mientras los partidos siguen a lo suyo. Es un drama porque también nos hemos olvidado de esa tierra que siempre hizo de comodín cuando venían mal dadas. 

Hace no mucho por estos pagos un labrador tenía una docena de hijos y salían adelante con penas y alegrías. Muchos cogieron el hatillo como Omar y triunfaron como lo hará él porque no se resigna. 

Te puede interesar