En Galicia existen unos 2.000 menores que no conviven con sus familias biológicas. La cifra atraviesa como un es- calofrío. Más del 50% de estos niños tutelados por la Xunta tienen el consuelo de residir con familias de acogida y el resto lo hace en un centro de internamiento. Son estadísticas en las que casi no se repara excepto cuando en el mes de noviembre se celebra el Día Internacional de los Derechos de los Niños.
También existe la Asociación Gallega de Acogimiento de Familia Extensa del Menor (Agafem) que intenta ayudar a abuelos o tíos que se hacen cargo de un rapaz con padres de costumbres extraviadas para que la ausencia de los progenitores no sea tan dolorosa. Y este chófer de anécdotas se enteró de su existencia porque pescó una conversación en un bar entre unas señoras que tenían pinta de apandar con los nietos.
Resulta que "el kilo de niño abandonado", tal y como se refirieron para que le quedase claro a otra colega que se interesó por el asunto, le sale a la Xunta en un centro privado entre 2.000 y 5.000 euros mensuales, dependiendo de la edad del menor. En cambio si el cativo tiene la potra de que un familiar le facilite cobijo y cariño, la asignación que se considera suficiente para su subsistencia es de 240 euros al mes en el mejor de los casos. Y como alguien reciba una renta de integración social puede incluso quedarse sin nada. La asignación no se ha revisado desde 2008.
Los centros privados consumen el 70% del presupuesto destinado por la consellería –antes llamada de Benestar, ahora de Política Social– para sufragar los gastos de los menores acogidos y cada chaval sale ocho veces más caro que si viviese con un pariente bondado- so, según afirma Agafem.
Y esta grave situación despertó interés porque una señora tuvo la ocurrencia de decir "el kilo de niño abandonado" para poner un ejemplo certero. Quizá también por esta frase llevada a titular usted se haya detenido en esta columna. No es que dé lástima, lastima a cualquier persona decente. Y gracias a la señora, la problemática de los niños tutelados y de sus familias ocupa una opinión en la que el futuro de Alberto Núñez Feijóo iba a ser el protagonista.
