Opinión

Llevar la bandeja o cargar el carro

A l final vamos a conseguirlo. El turismo ya representa el 11% del PIB gallego y genera el 12% de los empleos del país. El sector firmará esta temporada una nueva plusmarca sin la palanca del año Xacobeo y ahora que sabemos a qué podemos dedicarnos estaría bien que se profundizase en el oficio para que la clientela quiera regresar con la cartera llena a descansar aquí después de pasarse once meses fabricando tornillos en otra parte. Algún día quizá se produzcan aquí, pero no hay que apartar la vista del filón descubierto o nos quedaremos sin nada. 

Es innegable que la hostelería de estos pagos es trabajadora, algo distinto a saber trabajar. En los últimos años se ha mejorado en el servicio pero cuando uno se airea por Huelva, Cádiz, Málaga, Granada, Alicante u otro referente turístico desde hace décadas se le cae el sambenito de la vagancia o de la parsimonia. En cualquier chiringuito abarrotado desde la arena hasta la puerta de la cocina se despacha a centenares de personas al ritmo de cadena de producción. Claro que para rentabilizar movimientos y no malgastar paseos es necesario la formación en una escuela de hostelería porque llevar la bandeja no es lo mismo que cargar el carro.

Galicia presume de paisaje y de producto, comienza a tener cocina como en el País Vasco e incluso se dan veranos en los que sonríe el clima; pero el modelo de emplear a la hija, al cuñado y a la suegra para que echen una mano en el negocio familiar los días de jaleo es llenar la caja hoy y tener mesas vacías mañana. Ni en los días de la fiesta del pueblo sale rentable porque mientras un buen camarero vende, tres malos estorban.

"En Baiona el primer día te ponen alfombra, el segundo te la empiezan a quitar", comentó una mujer leonesa sobre el trato recibido durante casi tres décadas veraneando en las Rías Baixas. También puedes tropezarte con un camarero discutiendo airadamente sobre la existencia del delicioso Ribeiro con unos extranjeros. El patán acabó sirviendo un Ribera del Duero. "Es increíble que esté atendiendo al público, no tiene ni idea", comentaron cuando se dio la vuelta. El sector lleva años mejorando, pero la hostelería es un oficio, no una salida desesperada. 

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