Opinión

Un manual para reclamar

La madre de un amigo está a la espera de la evaluación para que le concedan la ayuda de la dependencia. Le han dicho que podría retrasarse un año, pero él no está dispuesto a esperar, sobre todo porque costea con su hermana el centro de día, está canino de curro y seco de cañas. “La gente ha asumido que la Administración siempre es lenta y juegan con eso, pero si lo asumes tú, estás perdido. Ya verás como la examinan en menos de seis meses porque ya he empezado a presentar reclamaciones. Es lo que tendría que hacer todo el mundo”.

No se trata de plantarse como un becerro desbocado en la ventanilla que atiende un funcionario de la Xunta de Galicia. “Bastante tendrá con aguantar gritos y lamentos de los demás y puede que su situación no sea mejor que la tuya. Así no se consigue mover un papel del montón”. Hasta para quejarse se necesita método. El colega, noble de corazón pero raposo a la hora de escudriñar derechos y de medir el alcance de las leyes, ha elaborado un manual para que atiendan su protesta sin moverse de casa.

Buceando en la página web de la Xunta le llamó la atención la transparencia con el listín telefónico de cada departamento del Gobierno, la opción de dirigirse al presidente, Alfonso Rueda, o la dirección de correo electrónico para elevar la petición a conselleiras, conselleiros y cargos de menor rango. Él comenzó por la dirección general, siguió con la secretaría general, después pasó a la consellería y a continuación al presidente. 

“El primer día puede que no te hagan ni puñetero caso, pero cuando vean que todas las semanas reciben unos cuantos correos del mismo tarado con el aviso de que el siguiente paso será la vía judicial, estoy convencido de que se darán prisa para no aturarme”. Otro mail.

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