Opinión

Nítido

La primera vez que la vi fue por una entrevista de trabajo. Se llama Ana.  "¿Cómo lo ves?", preguntó este chófer de anécdotas después de explicarle unas condiciones modestas pero decentes. "Nítido", respondió. Inmediatamente quedó contratada. Una persona con respuestas así no falla ni a las chapas.  
Su trabajo fue un espectáculo. Se defendió en la sección de Política, en la de Opinión y en la de Economía. Pudo haber jugado sin desentonar en la de Deportes, pero no se dio el caso. Sólo tenía un problema: era despierta y con la mala costumbre de terminar antes que el resto de compañeros.Como manos en el teclado nunca sobran a la hora del cierre, durante un tiempo curró más que otros en las mismas horas.  

Los ritmos periodísticos son peculiares y aprendió a ponerse la chaqueta antes de entregar la última página. Chica nítida. Hace unos días volvimos a tropezar. "Antes contaba la vida, ahora la vivo", comentó sin tono de queja. Se dedica a dar clases particulares a los rapaces que aspiran a sacar algún día una carrera como la de Periodismo. Es feliz. Ha sabido enfocar con nitidez el presente y apacigua la taquicardia informativa con colaboraciones puntuales. 


Luisa, doctora y con dos carreras en la mochila, consume los días lamentándose por el fatigoso desgaste de codos para  verse con 34 años y sólo uno cotizado a la Seguridad Social gracias al año que pasó encerrada en un laboratorio universitario. No necesitaba más para sentirse plena, pero las becas, como los productos de alimentación que analiza, tienen fecha de caducidad. El mes pasado se le terminó el contrato de prácticas en una multinacional y no quisieron hacerla fija. 


El encargado de comunicarle la dolorosa noticia le recomendó que retirase alguna de sus titulaciones del currículo. Creía que se trataba de una leyenda urbana, pero sucede con más frecuencia de lo que creemos. Un estudio de Círculo Formación asegura que el 60% de los estudiantes interesados en cursar un postgrado trabajaría por 20.000 euros anuales y el 40% aceptaría una soldada de 15.000. Es triste pero hay que verlo nítido. 

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