Opinión

Pared libre en la Catedral

Por si en Santiago quedaban "cantamañaninas" sin coscarse de que no hay cámaras vigilando las paredes de la catedral para prevenir pintadas y actuaciones vandálicas, el conselleiro de Cultura se ha encargado de airearlo. La buena intención no garantiza el efecto deseado. Siete meses después de que un idiota dejase una talla del siglo XII del pórtico de las Platerías como un componente de la banda de música Kiss, no hay pistas del fulano, por lo que la posible sanción entre 6.000 y 150.000 euros que contempla la normativa del patrimonio se quedará en el papel. 

Ayer, las paredes de la catedral amanecieron con unas pintadas que no pueden manchar la lucha ejemplar de las mujeres por la igualdad, a pesar de que el lema "yo no salí de tu costilla, tú saliste de mi coño" resulte un argumento tentador para los detractores del movimiento, como sucedió el 8 de marzo al aparecer rotulada la trasera de la Colegiata de Santa María de A Coruña, del siglo XII, con la leyenda "nin sumisas nin devotas". Por ahora los partidos políticos se han limitado a condenar el atentado contra el patrimonio de la humanidad.

El conselleiro Román Rodríguez se apresuró a anunciar que si el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, no coloca cámaras para proteger el templo lo hará la Xunta. Pasado el envalentonamiento de la cogorza, el infractor se habrá sentido aliviado tras escuchar que, si nadie lo ha visto, no hay registro documental del acto vandálico. La predisposición del conselleiro ha sido tomada por el regidor como una injerencia en tiempos electorales. El guadianesco director de la DGT, Pere Navarro, ha reconocido que hay cajas de radares sin cinemómetro en el interior pero el personal levanta el pie por si acaso. En la catedral hay pared libre. De momento.

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