Ronaldo, O fenómeno, se convirtió en el peregrino 106.011 del año tras pedalear en bicicleta eléctrica desde Pucela a Santiago en seis etapas para cumplir la promesa por el acenso a Primera del Valladolid, equipo que ahora preside el exfutbolista brasileño. La recepción en el Obradoiro que le brindó Nava Castro, directora de Turismo de Galicia, puede parecer un exceso de incienso, pero la Xunta se agarra a la prórroga del Xacobeo para compensar la soledad del Camino durante la pandemia. Ronaldo no pierde viaje ni negocio y ha grabado su ruta que tendrá mucho tirón en el mercado latinoamericano.
El metal en A Coruña lleva una semana de huelga por el convenio sectorial mientras una parte de Galicia está de fiesta en el Arde Lucus y otra calienta garganta para el macrofestival O Son do Camiño del 16 al 18 de junio en el Monte do Gozo. Un derrumbe durante el montaje del escenario dejó ayer a seis trabajadores heridos, dos graves, pero el espectáculo debe continuar.
Un estudio elaborado por Turismo de Galicia dice que el impacto económico de cada peregrino equivale al de más de dos turistas convencionales. Antón Reixa cuenta con mucha retranca que a los exóticos peregrinos que se asomaban por esta tierra durante sus años mozos les llamaban los “diesel” porque “camiñaban moito e gastaban pouco”. Ahora peregrinos como Ronaldo no comen de bocata ni duermen en un galpón ni tienen pesadillas por el precio de la gasolina. Nadie discute que la fábula del apóstol es un parque temático a perpetuidad, excepto Abel Caballero, que ayer aprovechó un coloquio para calificar la Navidad de Vigo como “el fenómeno turístico emergente más importante de Europa y dobla en movilización al Xacobeo”. Otro fenómeno.
