Gracias al cielo en Galicia todavía quedan arenales en los que puedes caminar sin tropezar con nadie
Gracias al cielo en Galicia todavía quedan arenales en los que puedes caminar un buen trecho sin que un ser humano te estropee el día. Quizá sea cuestión de tiempo que las playas se conviertan en un parque temático como sucede ya en As Catedrais, con acceso restringido a 4.810 personas al día desde el verano pasado para que el hombre no se cargue una imponente obra que al mar le ha llevado millones de años esculpir.
En Andalucía está de moda recorrer el parque natural del Cabo de Gata, una zona sin más encanto que sus playas vírgenes con caminos de tierra para llegar, a no ser que seas aficionado a paisajes lunares o al mar de plástico de los invernaderos. La visita a las calas de los Genoveses o Mónsul, conocida porque allí se rodó la escena de 'Indiana Jones y la última cruzada' en la que Sean Connery proclama "de pronto recordé lo que dijo Carlomagno: 'Que mis ejércitos sean las rocas,y los arboles, y los pájaros del cielo" también tienen acceso limitado a cuatrocientos vehículos por día o en autobús durante la época estival. Pero mientas en As Catedrais basta con hacer la reserva en la página web de la Xunta, en Níjar hay que rascarse el bolsillo. Por cinco euros, puedes aparcar el coche y te dan dos consumiciones como si se tratase de un parque de atracciones.
Y tanto si estás en la cola de As Catedrais como en la caravana de coches para llegar a Mónsul, en ese momento te sucede lo mismo que cuando llegas a la orilla con la sana intención de probar la temperatura del agua antes de bañarte. Se te pasan inmediatamente las ganas mientras te preguntas por qué te has metido una panzada de kilómetros para ver arena y agua que tienes al lado de casa sin aglomeraciones y sin necesidad de pasar por taquilla.
