Predicaba el Gobierno central entusiasmo por la bajada del paro y la Xunta justificaba el patinazo en Galicia del mes de diciembre agarrándose al cómputo del año cuando la fatigosa búsqueda de los regalos de Reyes nos precipitó en una tienda de collares y accesorios femeninos. El mozo que despachaba resultó ser un antiguo compañero de curro. "Con gusto te maquetaría la primera de mañana con el paro, porque aún recuerdo que te mosqueaba que dijésemos portada, pero me tendré que contentar con hacerte un descuentillo. La tienda es de mi madre y ya llevo un tiempo trabajando con ella. Ahora soy autónomo, como hace todo el mundo", comentó con realismo.
Su moza, también periodista, realiza producción de contenidos para una web valenciana y va tirando, pero también se ha tenido que hacer autónoma. Al repasar las ocupaciones de los colegas del chollo salió que la gran mayoría han tenido que abandonar la vocación para conseguir el sustento. Una compañera imparte clases particulares y como tiene mano con los cativos ha decidido darse de alta en el RETA. Otro ha cambiado la información deportiva por el reparto de cerveza y bebidas espirituosas. Le consuela que ahora sabe a qué hora va a volver a casa.
Baja el paro, crecen los autónomos por la desesperación. Según datos de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos en octubre del año pasado había aumentado en más de 63.000 los trabajadores por cuenta propia, llegando a la cifra de 3.114.894. Pero en el mismo período también se contabilizaron 521.408 bajas en esta modalidad. Gente que emprende un negocio del que no tiene ni pajolera idea porque no ve salida y acaba perdiendo hasta la camisa. El informe 'Pobreza y trabajadores pobres en España' elaborado por CCOO con datos de Eurostat advierte de que los autónomos tienen más riesgo de caer en la mise- ria que los asalariados. Entonces, ¿qué celebramos?.
