Opinión

Políticos "yeyés"

Hay tipos que tienen razón incluso cuando entran en un juzgado como imputados por un caso de retirada de multas de tráfico. Isaam Algnam Azaam, veterano alcalde popular del lucense municipio de Muras, afirmó que "hoy día la única vergüenza que tenemos algunos es pertenecer a la clase política existente del PP, PSOE y BNG". A Azaam, sirio perseguido por la dictadura, médico de profesión, alcalde a tiempo completo y bien remunerado, fraguista incondicional y también ganadero, le importa tres berzas que lo echen del PPdeG, un partido que considera secuestrado por los "yeyés que lo dirigen", en alusión directa a Alberto Núñez Feijóo y a la ejecutiva que sucedió a Manuel Fraga.

No es que quiera marcharse ni crea que le vayan a dar la patada, sabe que cuenta con el apoyo de los vecinos para repetir en la alcaldía. " Ya echaron a Cacharro y no van a echar más. El pueblo está contento conmigo", presume, además de sugerir que se puede cambiar de siglas para continuar con "el servicio al pueblo que proponía Fraga" y así evitar "que el partido quede secuestrado por unos cuantos". Azaam tampoco amansó la crítica cuando Aznar nos enroló en la fraudulenta guerra de Irak. Hace unos años, durante una entrevista antes de las elecciones municipales de 2007, a este chófer de anécdotas le contó que nunca había podido regresar a su tierra por miedo a que fuese su último afeitado: "Me enviaron a gente para que tomase un café con ellos y me negué". "¿No le gusta el café?", preguntó sorprendido el fotógrafo Xurxo Lobato. "Es que ese café provoca una siesta demasiado larga", respondió con una retranca que comenzó a alimentar en la Facultad de Medicina de Santiago.

Ex políticos como Francisco Cacharro Pardo, José Luis Baltar, el finado José Cuiña, el popular socialista Francisco Vázquez, o actualmente en el cargo como el propio alcalde de Lugo, López Orozco, responden a la idea de que hay que dar mucha mano, ir a muchos entierros y ensuciarse los zapatos para controlar cada voto. Dirán que todos, a su manera, defendían un sistema caciquil, pero al menos se sabían de memoria las baldosas. Ahora se estila gobernar desde la moqueta sin apearse del coche oficial. "Gracias por tus bonitas 'palabrrrras", como siempre dice Isaam después de una entrevista.

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