En tiempos de polarización política, el encuentro entre líderes de la derecha, la izquierda, el regionalismo y el soberanismo resulta un consuelo, aunque sólo sirviese para hacerse la foto y comprometerse a defender de la mano el interés común de los territorios que representan. A la reunión en Vitoria-Gasteiz convocada por el lehendakari Iñigo Urkullu en calidad de presidente de la Comisión del Arco Atlántico asistieron los presidentes de Galicia, Asturias y Cantabria (Alfonso Rueda, Adrían Barbón y Miguel Ángel Revilla) para que la Unión Europea reconozca la Macrorregión Atlántica con la que influir en las decisiones estratégicas sobre infraestructuras o despoblación que se tomen en Bruselas.
Entre las cuatro comunidades autónomas bañadas por el Cantábrico y el Atlántico suman 6,5 millones de habitantes y el PIB supera los 172.000 millones de euros. Los presidentes autonómicos creen que es el momento de impulsar un “lobby Atlántico” aprovechando la presidencia española del Consejo de la Unión durante el segundo semestre del año. La premisa del foro que mantendrá un encuentro anual e invitará a todas las autonomías atlánticas es hacer frente al contexto de deslizamiento del eje de influencia en la UE hacia el este que cristalizará cuando comience la reconstrucción de Ucrania. En la agenda del día aparecieron asuntos muy importantes como el corredor de hidrógeno, el retraso del Corredor Atlántico ferroviario en la parte española, previsto para el 2030, respecto al Mediterráneo y el bloqueo de Francia para llevar la alta velocidad hasta la frontera, o la triple transición: verde, digital y socio-demográfica.
El papel aguanta las buenas intenciones sobre infraestructuras que mejoran la competitividad de un territorio, pero para que la pala comience a trabajar en lo que se ha trazado en el plano hace falta mucha pasta y población que después puede pagarlo. Carlos Sousa, candidato del PSOE en A Merca y alemán con raíces en el municipio que se presenta, comentó en el Foro de La Región con Valentín González Formoso, secretario xeral del PSdeG, que en su casa en el rural ourensano tiene mejor conexión a internet que en muchas ciudades alemanas y que nuestras autovías son mucho mejores. ¿Y quién paga la conexión?
