Opinión

Las prioridades de Vendex y de Tutor

Si el personal flipa con las mañas de Vendex para atraer contratos públicos que ha destapado la operación 'Pokemon' coordinada por la jueza Pilar de Lara, imaginen qué pasa por la cabeza de los trabajadores.

Hasta el momento poco se ha incidido en el trato a los empleados que sacaban y sacan el curro adelante. Un amigo cuya integridad no es presunta y está fuera de cualquier sospecha, se indigna con las informaciones que aparecen publicadas a diario sobre las supuestas mordidas que recibieron representantes públicos mientras los trabajadores tenían que mendigar su salario. Es una excelente tribuna para saber de primera mano cómo actuaba José María Tutor, delegado de Vendex en Galicia: "Pertenecí más de cuatro años a Sermasa, que es del grupo, y no te puedes creer cómo este tipo jugaba con nuestro dinero. Nos pagaba mal y a rastras y cuando lo llamábamos para pedir lo nuestro, si se dignaba a dar la cara, entonces lo hacía con una prepotencia que te daba ganas de arrearle unas tortas y partirle la cara a tremendo pimpín". Los trabajadores sabían que la empresa cobraba por adelantado la concesión del servicio, pero "su disculpa recurrente era que 'el dinero va a Madrid y de allí lo distribuyen... No depende de mi ' Y ahora nos enteramos de que para untar a políticos que dicen que nos representan sí había pasta".

El comité de empresa denunció la situación a la Inspección de Trabajo media docena de veces, pero Vendex continuó campando a sus anchas por el mapa gallego, tal y como demuestra que haya imputados en las principales ciudades gallegas con la salvedad de Vigo.

Incluso uno de los trabajadores, según confiesa esta fuente de aguas claras, cansado de los retrasos empapeló una de las principales calles de A Coruña con carteles en los que aparecía la foto de José María Tutor y comentarios poco amigables, por decirlo con delicadeza.

Aunque la instrucción de la jueza Pilar de Lara tenga mucho pan y poco chorizo, como ha proclamado una de las mentes que se tienen por preclaras de este país de aristas y de artistas, al menos ha servido para que a partir de ahora los futuros representantes públicos se tomen en serio las concesiones y la administración de los dineros de todos. El personal ya no volverá a votar con una pinza en la nariz.

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