Un currante al jornal de la Costa da Morte anda a mil revoluciones para adelantar la faena que ha apalabrado antes de que comience la campaña de las elecciones municipales. Va en los últimos puestos de una lista del PSdeG-PSOE pero durante 15 días no está para nadie porque quiere estar para todos. “Y este viernes es imposible contar con él, que tiene cita con el jefe en A Coruña”, bromeó un vecino que se acercó a la finca que estaba desbrozando para contratarle la limpieza de un monte antes de que las temperaturas veraniegas multipliquen el riesgo de incendio.
El jornalero fumigó la chanza con un golpe profundo de sacho, pero al levantar los brazos giró la cabeza con una sonrisa a medias como si acabase de caer en la cuenta de que no están los tiempos para perder ni una gota de agua ni un voto: “Como ves, siempre estoy trabajando por el pueblo, pero hasta que pasen las elecciones no puedo comprometerme. Estos días ha llovido, la tierra está húmeda y tendrás el monte limpio antes de que apriete el calor”. El vecino pareció convencido de que no le quedaba más remedio que ponerse a la cola porque no sobran manos que contratar. “Siempre me ha sorprendido que seas el primero en dar el callo en todos las campañas electorales sin aspirar a ser concejal ni a un carguiño, pero no entiendo a qué carallo vas el viernes a A Coruña para ver a Pedro Sánchez. Pierdes todo el día y ya sabes lo que os va a decir. De política no entiendo, pero Sánchez tendría que estar convenciendo a los del PP y a los que votan a otros partidos en vez de a los militantes que ya van en las listas”.
El obrero hizo una pausa reposando los codos en lo alto del mango del sacho mientras preparaba una respuesta convincente que no desagradase a un cliente seguro y a un votante posible. “Aunque no te lo creas, ese tipo de encuentros que parecen una pérdida de tiempo enchufan a la militancia y anima a trabajar en la campaña. ¿O piensas que Fraga se pasaba las precampañas de paparota en paparota porque le encantaba la empanada y el pulpo á feira? Muchos piensan que las elecciones se ganan en las cabeceras de los municipios, pero el voto hay que ir a buscarlo a las parroquias y convencer a cada vecino. Y para eso se necesita tiempo”. Un estadista con sacho.
