Opinión

Sánchez Dragó y el número ideal de campistas

Ya puestos a diñarla, aquí no queda uno, al menos que se acerque a la manera de Fernando Sánchez Dragó: con 86 palos baqueteados y asomándose a las redes sociales con un gato encaramado en la cresta diez minutos antes del arrechucho definitivo. Si se pudiese elegir bicho, molaría un loro malhablado para adornar el instante con un taco.

El enciclopédico y lenguaraz Nano, como lo llamaban de niño y él llamaba a su gato, fue referente de unas cuantas generaciones que fliparon con “Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España” (Premio Nacional de Ensayo 1979), más tarde se escandalizaron por sus fanfarronerías sexuales (o no) y acabaron alucinando con sus vaivenes ideológicos y el pellizco de la última “performance” política: Ramón Tamames en el papel de candidato de Vox en la moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Contempló la escena desde la tribuna de invitados como un autor de teatro la representación de su obra. Puede que la historia se cebe con él por esa idea  disparatada y por los últimos años abrazado a la ultraderecha. La recompensa del premio Castilla y León de las Letras 2022, concedido por el Gobierno de PP y Vox, que tendría que recoger en unos días no sale a cuenta de un pensador que alentó al personal a caer en la lectura con programas como el inolvidable “Negro sobre blanco”en TVE.

No ha sido el punto final de un escritor más. Durante el día varios colegas telefonearon para comentar la noticia. Un veterano del CAF (Comités Abertos de Facultade) recordó una conferencia de Sánchez Dragó a inicios de los años 80 en el Aula 1 de Económicas de la USC invitado por el profesor Miguel Cancio. Para rebajar los humos al mito creciente, durante el turno de preguntas un colgado levantó la mano con una duda trascendental: “¿Me puede decir el número ideal de personas para hacer una acampada?”. El cabreo de Sánchez Dragó fue considerable. “En una charla de Agustín García Calvo le preguntamos cuál es el espíritu revolucionario del número pi y el tío respondió en griego mientras lo iba traduciendo. Este país es jodido con los méritos, los dos tendrían que haber ingresado en la Academia en vez de unos cuantos que calientan el sillón”. Podría ser una explicación al resentimiento almacenado.

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