Opinión

La señal del colorete

Dos avisos de mensaje en el móvil repican casi a la vez a media mañana con tañido de presagio. Al respingo le sigue el alivio al comprobar que se trata de dos noticias que envía la conviviente. "La reapertura deja los 'pubs' británicos sin cerveza", reza el primer enlace del rotativo económico Expansión. "La vacunación acelera las ventas de maquillaje", cuenta Juan Alonso de Lomas, presidente y consejero delegado de L'Oréal España en una entrevista en el periódico Cinco Días. 

La primera lectura no aporta grandes pistas al destinatario sobre las intenciones de la remitente. O es una indirecta para ir planificando un garbeo por Londres, algo impropio en una hipocondríaca que escruta cada mañana el número de contagios y fallecimientos por covid como si perteneciese al comité de expertos que asesora al doctor Simón, o se te ha pasado una fecha de las que no conviene olvidar, circunstancia que descarta un vistazo al calendario. "Puede que acabes teniendo razón y la vida se recupere a lo bestia", aclara en un envío posterior. 

La mañana acerca nuevas señales que apuntalan el optimismo. Ante el progreso de la campaña de vacunación, la Comisión Europea propone aliviar las restricciones y permitir la entrada en estampida de viajeros ya inmunizados para reactivar la industria del turismo. En clave autonómica, el presidente de la Xunta se muestra dispuesto ampliar horarios y a rebajar el toque de queda en los próximos días. Varios colegas lo celebrarán antes de tiempo por las ganas ahorradas. A primera hora de la tarde llega la noticia de que Zara se lanza en bomba al mercado de la cosmética. El dato es definitivo, como cuando apostó por la ropa de casa durante el confinamiento. Es la señal del colorete. 

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