Opinión

La silla de José Luis Baltar

En marzo de 2009, después de que Alberto Núñez Feijóo desalojase a Emilio Pérez Touriño y a Anxo Quintana de la Xunta por el precio de unas sillas que adquirió Méndez Romeu, entre otras cosas de una campaña atroz, José Luis Baltar inauguró una sección semanal a la que este chófer de anécdotas tituló 'La silla de...' Los principales 'persoeiros' de Galicia posaban para la entrevista en su 'trono' después de una conversación de una hora larga. Y si alguien tenía silla y empaque para ser el primer protagonista por tiempo en el cargo y por no dejar a nadie indiferente ése era Baltar. 

Durante la charla, recordando sus inicios en política, comentó que la primera vez que se marchó de vacaciones tras ser investido presidente de la Diputación de Ourense acordonó la silla de su despacho con cinta policial para que nadie la ocupase durante su ausencia. La hilarante anécdota causó extrañeza a este chófer pero se transcribió entrecomillada porque así la había contado el protagonista. 

Ayer, Maribel Outeiriño publicó en su deliciosa sección 'Historia en cuatro tiempos' de este periódico que el 5 de agosto de 1990 "el presidente de la Diputación José Luis Baltar hace gala de su campechanía al colocar un cartel en su sillón presidencial antes de irse de vacaciones a Italia con este lema: “Prohibido sentarse en este sillón, sonará la alarma en Italia”. Pues resulta que contaba la verdad y también tiene que ser cierto que hay que desear y trabajar para que no te muevan la silla.

Con Baltar se podía estar de acuerdo o en desacuerdo, pero nadie le puede negar que le importaba Ourense y que blandía el cobre contra Madrid, su partido o contra el que hiciese falta para defender a su tierra, como bien supieron Fraga, Aznar o Núñez Feijóo. Algo similar sucede con su hijo Manuel, que lo sucedió al frente de la Diputación y de la dirección provincial del PP. Se puede discrepar de su manera de hacer política pero tampoco se puede dudar de que le importa más Ourense que un cargo en altares que algunos consideran más elevados. Y ya que va del PP, sorprende que el alcalde Jesús Vázquez le reproche al Gobierno central unos presupuestos que considera son injustos mientras otros colegas de partido tragan y aplauden con las orejas.

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