Un conselleiro de la Xunta sube una foto a una red social con un alcalde para anunciar con solemnidad los trascendentales temas que han abordado en la reunión. Sorprende que en la imagen no aparezca ningún papel. Los dos representantes públicos aparecen repantingados en el sofá como si se dispusiesen a ver un partido de fútbol. Sólo faltan las birras, las patatas y las aceitunas para completar la escena.
Uno imagina al conselleiro y al alcalde perdidos en un supermercado sin la lista de la compra y no llega a entender cómo se puede abordar un asunto capital para la ciudadanía sin apoyarse en informes, apuntes o unas notas breves. Este chófer de anécdotas también es de los que creen que un periodista sin una libreta en la mano y una pluma para tomar notas es alguien sospechoso, pero ya se sabe que ahora se estila más charlatanear sin rubor en el púlpito que se tercie sobre temas de los que no se tiene ni pajolera idea.
Pablo Iglesias, un tipo que controla cada exposición pública como pocos, sube al atril con una libreta, curiosamente casi siempre de color morado para reforzar la imagen de su formación política. Alberto Núñez Feijóo, en la otra orilla ideológica, también es de los que repasa y matiza los discursos que le elaboran. En su escaño en el Parlamento gallego siempre tiene al alcance de la mano un rotulador para subrayar las ideas que quiere colar desde la tribuna. Hasta Xosé Manuel Beiras, un político al que merece la pena escuchar aunque no se esté de acuerdo con sus ideas, no se deja nunca atrás su carpeta con los apuntes cuando tiene que propinar una prédica. José Luis Méndez Romeu, hasta ayer portavoz parlamentario de los socialistas gallegos y derrotado en las recientes primarias para elegir candidato a la Xunta frente a Xoaquín Fernández Leiceaga, se caracteriza por hablar sin ningún papel al que recurrir en caso de perder la hebra. Siempre se ha manifestado como un excelente orador y él argumenta que detrás de una pose que puede aparentar soberbia hay muchas horas de lectura y de estudio sobre el tema que le toca abordar. Aunque así le fue.
Conselleiro y alcalde serían más creíbles si en la foto apareciesen rodeados de papeles, aunque sean la lista de la compra de cada uno.
