Opinión

Todo a la "M"

El planeta pareció pivotar sobre un barrilete cósmico al anunciarse la muerte de Diego Armando Maradona. Por unas horas una gran parte de la especie humana se olvidó de la masacre generacional que está sufriendo por la pandemia de covid-19 y sólo ha palmado una persona, si atendemos a las palabras de otro argentino universal como Ernesto "Che" Guevara a su verdugo, Mario Terán Salazar, antes de ser ejecutado en la escuela de La Higuera, según la confesión por escrito del "soldadito boliviano' que publicaron en 2014 Idelfonso Olmedo y Juan José Toro en un reportaje en el suplemento "Crónica" de "El Mundo": "Póngase sereno, usted va a matar un hombre". 

La muerte de Maradona no debería provocar angustia ni siquiera en los futboleros impenitentes. Pervivirá el mito, como le sucedió al Che, y el recuerdo imborrable de una zurda mágica que gobernó el fútbol a pesar de la percha abotijada y la cabeza errática. 

En Galicia también murieron otras tres personas diagnosticadas por coronavirus (mujer de 76 y 85 años y hombre de 94), además de otras 366 en el resto del Estado de edades similares. Por primera vez ha descendido el número de pensionistas y es un auténtico drama. El sistema tiene que mantenerse sumando cotizantes en vez de restar beneficiarios. 

Hasta que no comience la campaña de vacunación y llegue a un gran porcentaje del censo para poder recuperar el pulso de antes y festejar las navidades como se acostumbraba, toca jugarse todo a la "M", a las 6M para aplacar la masacre: mascarilla el mayor tiempo posible, manos enjabonadas con frecuencia, metros de distancia, máxima ventilación en los espacios cerrados, mínimos contactos sociales y más tiempo en casa. El virus es escurridizo como un quiebro de Maradona.

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