Opinión

Touriño también convocó en Entroido

 

 

El 18 de febrero podría suponer el carpetazo definitivo a la etapa de Alberto Núñez Feijóo o comenzar la era de Alfonso Rueda en la Xunta, pero ya legitimado con el aval de las urnas. Entre las elecciones del 1 de marzo de 2009 que permitieron a los populares gallegos arrebatar la Xunta al Gobierno bipartito y las que ayer convocó el presidente Rueda hay una curiosa coincidencia: a Emilio Pérez Touriño tampoco le importó que la campaña coincidiese con el Entroido tras darle muchas vueltas a la fecha más adecuada. Socialistas y nacionalistas acabaron palmando la Xunta por un escaño, aunque cada proceso electoral tiene sus singularidades.

El presidente socialista desoyó la insistente recomendación de adelanto que indicaban las encuestas de José Blanco para no pagar la crisis financiera mundial que asomaba y acabó pegando las elecciones gallegas a las vascas por primera vez en la historia. Alberto Núnez Feijóo mantuvo la sincronía con Euskadi hasta dar la impresión de ser una tradición que ayer terminó con la convocatoria del presidente de la Xunta dos días después de sacar adelante las cuentas.

Presupuestos, listos, Rueda. Cuando nadie lo esperaba tras lo manifestado por el líder de los populares gallegos 24 horas antes en un pleno en el Parlamento con aroma a fin de fiesta, pero sin pillar a socialistas y nacionalistas con el pie cambiado. Sí puede descolocar a Sumar de Yolanda Díaz, que no se ha dado prisa para concluir el proceso de escucha cuando le tocaría estar ya hablando, con candidato para presentar en el cartel y las posibles alianzas apalabradas. Nada nuevo. También les hizo falta el empujón de Pedro Sánchez en las generales.

La nacionalista Ana Pontón y el socialista José Ramón Gómez Besteiro reaccionaron de inmediato al anuncio de Rueda lanzando vídeos a las redes sociales, prueba de que la estrategia estaba perfilada y a la espera de la orden para el clic. El líder de los populares gallegos llevaba tiempo valorando el momento, como Touriño en su día, aunque por circunstancias distintas, ya que las previsiones económicas en 2009 en el Estado habían entrado en barrena y ahora el vuelo es sin turbulencias preocupantes. En la Moncloa y en San Caetano mandan colores distintos. Rueda dudó en hacer coincidir gallegas y generales para aprovechar el buen resultado de Feijóo en Galicia. No lo hizo y la reflexión a urna cerrada vale lo mismo que lo que pudo haber sido, como el deseo de contar en campaña con el aval de tu predecesor desde la Moncloa. Rueda sopesó noviembre con los ánimos caldeados por la ley de amnistía, pero esperó hasta que nadie lo esperaba. El Entroido ourensano puede ser decisivo.

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