Opinión

El trabalenguas de la recesión y la crisis

No hemos salido de la crisis pero hemos abandonado la recesión", proclamó Alberto Núñez Feijóo en la sesión de control parlamentario al presidente gallego. Con este trabalenguas se puede inferir que la seguimos palmando en términos económicos, aunque a un ritmo un pelín más lento.

Los que gobiernan son unos cachondos, pero hay que reconocer su esfuerzo por trampear los datos aunque el inclemente espejo de la realidad demuestre que el discurso oficial se cimienta con palabras resultonas. "Los sectores estratégicos de nuestra economía, el turismo, el naval, el textil o el agroalimentario están hoy mejor que cuando llegamos al Gobierno", enfatizó Feijóo. Claro que también fijó en año y medio su llegada a San Caetano, olvidándose de lo que sucedió entre 2009 y octubre de 2012. "Un año y medio después de que nos presentásemos a las elecciones hay 20.000 parados menos", aseguró el presidente gallego sin reparar en que luego viene la puñetera Encuesta de Población Activa y desdice con rotundidad la afirmación. Cuando Feijóo tomó posesión en diciembre de 2012, en Galicia había 276.900 parados, según la EPA. En el primer trimestre de 2014 registró 296.000. La resta dice que hay 20.000 desempleados más. Un mal día lo tiene cualquiera y quizá el presidente estuviese pensando en las personas que están registradas en las oficinas de empleo, pero ni por esas. Bajó el paro, pero en 4.368 personas y no en 20.000.

Sí es cierto que un sector estratégico como el textil continúa con viento a favor pero, gracias al cielo, el negocio depende de un tipo que hace bien las cuentas como Amancio Ortega, patrón del imperio Inditex. En turismo nos queda un largo Camino para conseguir explotar los imponentes recursos de esta gran tierra de aristas y de artistas; al naval sólo le ha bajado unas décimas la fiebre y al agroalimentario le hace falta mucho abono y manos para llegar a ser potencia.

A Feijóo sí le salieron bien los números en las elecciones de 2012. Con menos votos consiguió ampliar la mayoría absoluta por la ley electoral, pero cuando se habla de hambre y de pobreza es imposible alimentar a más gente con menos recursos y los trabalenguas entretienen, pero no se comen.

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