Opinión

Tractor viejo, viejo en el tractor

No acostumbran a ser noticias a las que el personal y las autoridades presten demasiada atención, pero se trata de una sangría callada. En los últimos cuatro años en Galicia perdieron la vida más de 70 personas por un accidente con el tractor y la cifra puede ser superior, ya que en muchos casos ocurren en fincas privadas y la desgracia se soluciona con el menor papeleo posible sin que compute como siniestro laboral, que ya bastante tiene la familia del finado con la pena.

Anteayer se registró en Chantada la séptima muerte provocada por estos vehículos agrícolas en los cuatro primeros meses de 2015. Las estadísticas apuntan que la media de fallecimientos al finalizar el año ronda la veintena, por lo que podrían superarse las 23 desgracias contabilizadas en 2013. Los siete fatídicos siniestros, cuatro han sido este mes, sucedieron en concelllos de las cuatro provincias gallegas: Outes, Boiro, Cospeito, Navia de Suarna, A Cañiza, Mondariz y Chantada.

Según el Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral (Issga), en la mitad de los casos de los últimos cuatro años iba un jubilado al volante y esta circunstancia se mantiene constante. Es algo lógico, pues el índice de envejecimiento que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE) advierte de que en esta tierra viven 149,3 personas mayores de 65 años por cada 100 menores de 20. Somos un país talludito, ya que la media de edad se sitúa en los 45,9 años.

A la situación de que son los mayores los que se ocupan principalmente de que la tierra no acabe en monte improductivo, se suma que más del 30% de los vehículos siniestrados habían superado la veintena de años, por lo que no cuentan con mecanismos antivuelco que ayudarían a salvar alguna vida.

El Issga realiza desde el año pasado cursos de manejo básico en 60 municipios del rural para prevenir situaciones de riesgo, pero no parece ser una medida suficiente porque el que es de pueblo sabe que el tractor también se confía con naturalidad al cativo de la casa para que vaya fogueándose con el volante antes de obtener el permiso de circulación B o la licencia de vehículo agrícola (LVA). La edad, el exceso de confianza y la ausencia de medidas de seguridad no permiten presagiar buenas noticias.

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