Opinión

A la tribuna con Omar

V uelve Omar al folio en blanco. Su irrupción en el abrevadero consiguió eclipsar el discurso de Mariano Rajoy durante el Debate del Estado de la Nación. Tampoco es muy difícil. La sobredosis de triunfalismo de un presidente que pisa más moqueta que calle estaba adormilando a la clientela, que se entretenía contando la calderilla para apoquinar el café.


La tarifa plana de 100 euros a la seguridad social para los nuevos contratos indefinidos y el anuncio de la rebaja del IRPF habían merecido un par de comentarios jocosos por los dos años que le ha llevado al presidente darse cuenta de que el personal y las pequeñas empresas estiran las monedas porque ya no llegan ni a principio de mes. Los casi dos metros del senegalés se plantaron delante de la televisión. "Aquí os matan a impuestos. Pagáis por todo. En mi país el Gobierno no te da nada, pero tampoco te quita", razonó en voz alta. El comentario de Omar despabiló el debate entre la clientela y las palabras de Rajoy pasaron a un segundo plano, quizá porque tiró de un hilo argumental tan previsible como el funcionamiento de un palillo.


La peña se dividió entre los que ven necesarios contribuir a las arcas públicas y los que prefirirían un sistema más parecido al de Senegal, pero todos convinieron que a la hora de pagar, la ronda corre siempre a cuenta de los mismos.  "Búscame un camión cisterna barato de menos de diez años, que quiero montar un negocio de vaciado de pozos negros en mi pueblo. Tal y como están las cosas aquí casi es mejor volver a mi país", comentó Omar. Pobres inmigrantes que se amontonan en Ceuta y Melilla sin saber que nuestros rapaces están a un tris de querer saltar hacia el otro lado y cruzar de verdad el Cabo de Hornos, como dijo Rajoy. Los camiones cisterna también son aquí muy necesarios para limpiar las cloacas de la política municipal y estatal.


Casi a la misma hora, el Parlamento gallego apoyaba flexibilizar las iniciativas legislativas populares, rebajando de 15.000 a 10.000 las firmas necesarias. Todos correríamos a rubricar un cambio radical de un sistema que apesta, pero no está claro que a sus señorías y políticos de cercanía les interese perder sus canonjías.


Ya por la tarde le tocó el turno a Rubalcaba, Omar ya se había marchado con el tenderete a otra parte y pareció que este debate ya lo habíamos escuchado antes. Descorazonador futuro. 

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