Opinión

Según vaya el viento

A Galicia la abraza el mar y la atraviesa el viento, dos condiciones imprescindibles para producir energía eléctrica con la fuerza de la eólica marina. La aprobación de los planes de ordenamiento marítimo (POEM) por el Gobierno central que delimitan las zonas en las que se podrán instalar los molinos de viento ha recibido el rechazo de la flota pesquera gallega y asturiana, la petición de la Xunta para que el Ministerio de Transición Ecológica justifique la decisión sobre la ubicación de los parques y dos posiciones completamente diferentes en fuerzas sindicales como CIG o CC OO.

El sindicato nacionalista reclamó ayer en una comunicado una Galicia libre de eólica marina por el daño en los ecosistemas y en la actividad pesquera. La CIG es consecuente con su postura sobre los molinos en tierra y convoca una protesta en la Delegación del Gobierno en A Coruña para el próximo 11 de marzo ante “un novo proceso de colonización enerxética que no franquismo destruíu os ríos e agora vai polas terras, os montes e o mar”. Poco después, a los medios llegó una nota de CC OO de Industria de Galicia en la que “celebra” con efusividad la aprobación de los POEM en el Consejo de Ministros del 28 de febrero. Comisiones Obreras tampoco ha cambiado de posición en los últimos siete años en lo que considera “una línea prioritaria para la diversificación industrial de nuestro país, extremadamente dependiente de las importaciones energéticas”. Según el sindicado estatal, “numerosos informes, estudios científicos y la experiencia de miles de aerogeneradores marinos instalados ya en otros países han demostrado que la afectación medioambiental de estas instalaciones es prácticamente nula”, por lo que apremia a las administraciones implicadas a que “hagan un esfuerzo más y, a ser posible antes del verano, saquen a subasta una cantidad de potencia suficiente como para apuntalar el desarrollo industrial”.

La ministra Teresa Ribera inaugura hoy en Ferrol un congreso internacional con más de 400 participantes debatiendo sobre el negocio, pero el paisano, como este chófer de anécdotas, no se pregunta si tiene razón CC OO o la CIG, sino qué parte del beneficio va a quedar en la tierra que pone el mar, el viento y los caladeros de pesca, que es mucho aunque quede poca. 

Te puede interesar