Opinión

"¿Vienes de Vimianzo? Pues déjalo en la puerta"

Si no es recomendable ejercer de policía local donde has nacido porque varias generaciones pueden cargar con las consecuencias de una multa sin ponderar el merecimiento, tampoco resulta muy conveniente escribir del pueblo en el que te han alumbrado (Vimianzo) o del barrio en el que te has criado (Monte Alto en A Coruña). Se corre el riesgo de que se malinterprete hasta una coma fuera de sitio por las prisas o la falta de pericia, pero hay momentos en los que no queda más remedio porque sin las raíces no existirían las ramas por mucho que se hayan distanciado. 

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) acaba de publicar un estudio elaborado en octubre sobre las consecuencias y efectos del coronavirus en la población española que concluye que el 58,4% ha pensado que puede palmar de covid-19 y el 54% ha acudido en los últimos nueve al psicólogo para levantar el ánimo o remendar las emociones. El porcentaje de miedo a diñarla durante la pandemia puede parecer desproporcionado si se examinan comportamientos descerebrados que las televisiones y las redes sociales han repicado a ritmo de VAR, pero lo cierto es que el canguelo y la tristeza que recorren las calles se ajusta al informe del CIS.

A un pequeño empresario de Vimianzo le hicieron un encargo que se fabrica en un taller de un municipio cercano –en uno por no señalar a vecinos– y a pesar de que no están los tiempos para renunciar a un pedido, la caja se quedó sin el ingreso. "Es que no puedo ni acercarme por ser de Vimianzo, pero el miedo es comprensible porque la población está muy envejecida", confiesa antes de ilustrar el estado de pánico con una anécdota: "¿Vienes de Vimianzo? Pues déjalo en la puerta", me respondieron el otro día. Y lo curioso es que llevaba dos semanas sin pasar por la zona y no había parado en Vimianzo, pero no me dieron tiempo a explicárselo. 

Cuando este concello de 8.000 habitantes que vertebra la Costa da Morte apareció en los informativos al dispararse los positivos, los colegas comenzaron a llamar para preguntar los motivos. Un cribado a la población destapó los asintomáticos y los contagiados, que ayer ascendían a 150 personas. Puede que al lado estén igual de mal pero no lo sepan.

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