Opinión

Volvemos a las mismas

Nada chico, no hay manera. Sólo hace falta que la situación económica nos dé un leve respiro, como indican las previsiones macroeconómicas, y volvemos a las mismas. Una colega que trabaja en una asociación profesional comentó escandalizada cómo el despilfarro vuelve a instalarse con descaro. Cuando las arcas flaquearon no se dudó en despedir a un compañero de trabajo sobrecargándola de curro, pero ahora que el personal parece que ya tiene para apoquinar las cuotas, a los que mandan no se les ocurrió mejor idea que organizar un torneo de golf. Y está bien que a la peña le guste darle al palo, que es saludable, y organizar una pachanguilla para que bajen tripa los asociados de postín, pero lo que no parece justificable es que se facture un palo de 800 euros en ginebra en concepto de agasajo para los participantes. El 25% del coste del torneo fue en alcohol. Con un par, como se puntúa este deporte. Ya se sabe que la botellita de buena ginebra que cada uno se llevó para su casa y el champán decente que se soplaron para hidratarse no son bebidas baratas. Así no hay manera de quemar calorías.

Es lo mismo que los patrocinadores hayan apandado con el coste de la competición, porque se puede hacer deporte e invertir la pasta sobrante en contratar otras dos manos en el despacho, con lo que se contribuiría a adelgazar de paso la lista del paro.

Los políticos que recientemente han sido elegidos en las pasadas elecciones intentan, por el momento, ser prudentes con el parné, pero no sucede en todos lados. La alcaldesa socialista de Lugo, Lara Méndez, cobrará unos 500 euros más al mes que su predecesor, López Orozco. Tiene coña que su salario de 4.787 euros haya contado con la bendición del PP. Estos días se discute más por las dedicaciones exclusivas que por los problemas de los votantes.

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