Opinión

A vueltas con la fecha electoral

Los aficionados a los deportes colectivos saben que la táctica del rival no se descubre hasta que comienza el juego y se aprecia la disposición de las piezas, los entrenadores pueden jugar al despiste en la alineación que entregan poco antes del pitido inicial al equipo arbitral. Los acuerdos o las propuestas en política tampoco conviene vocearlas antes de que se materialicen para no dar pistas ni quedar con careto de panoli en el caso de tener que plegar velas. Por eso sorprendió que Alberto Núñez Feijóo enviase el jueves a Miguel Tellado, vicesecretario de Organización Territorial del PP, al programa de Federico Jiménez Losantos en “esRadio” a reclamar a Vox que no se presente en las elecciones gallegas porque “no tiene posibilidades en ninguna de las cuatro provincias. Si hay votantes de derecha que cogen la papeleta de Vox, se la quita al PP para consolidar el último escaño en las provincias”. No es probable que Santiago Abascal ordene recoger el tenderete y más cuando lo sitúan como clave en la ecuación  pese a sólo contar con un concejal en el municipio ourensano de Avión. PSOE y Sumar obraron con pillería silenciando las negociaciones de la investidura.

Feijóo asumió el lunes en una entrevista con Juanma Lamet en “El Mundo” que “si no sacamos la quinta mayoría absoluta consecutiva en Galicia, yo no habré cumplido mis expectativas. Es una obligación política conseguirlo. Y fíjese si me estoy arriesgando, porque no soy el candidato”. Cada día que pasa Alfonso Rueda, presidente de la Xunta y candidato, lamenta no haber convocado las elecciones en noviembre como tenía previsto, pero esperó a hacer campaña con Feijóo de presidente del Gobierno y ahora le da vueltas a una convocatoria que Gonzalo Gortizo vaticina para el 18 de febrero en “elDiario.es”. 

La firma de la convocatoria sería después de haber aprobado los presupuestos  en diciembre. Rueda actúa con sensatez política tapando su carta, pero no puede esperar a que se rebaje el malestar por los acuerdos con el independentismo. Un empresario que olisquea en todas las salsas reflexiona que Feijóo no puede pasarse hasta las europeas acudiendo sólo a la mani de los sábados contra la amnistía. Galicia sería su evento para reafirmar el liderazgo nacional. O para perderlo. 

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