Opinión

Eslogan contra ideología

Desde que Núñez Feijóo, sin haberla leído, confundió el título de la novela distópica de Orwell “1984”, con su fecha de publicación (1949), estoy esperando que durante esta campaña del 23J la coalición PP-Vox anuncie la creación del Ministerio de la Verdad imaginado dentro de la trama del libro. Lo aguardo porque los lemas de semejante organismo son: “La guerra es la paz”/ “La libertad es la esclavitud”/ “La ignorancia es la fuerza”. Tres enunciados que escapan de ser simples paradojas para reflejar una situación instalada en las contiendas electorales españolas donde para algunos líderes la “libertad es tomar copas”. Espero esa propuesta fundacional porque los conceptos de transparencia, verdad e ideología han sido deturpados hasta convertirlos en esperpentos, con el objetivo de alcanzar el poder ocultando las verdaderas intenciones (ni siquiera podemos decir programas) del ala derecha.

Afirmo esto porque estoy convencido de que el pensamiento político, así en abstracto y globalmente, se mueve en dos territorios dialécticos imposibles de confrontar. De un lado están los eslóganes de la derecha y del otro las propuestas ideológicas de la izquierda. En los dos grandes territorios existen departamentos de comunicación con los objetivos bien definidos. Mientras en el PP los briefing publicitarios procuran la frase más contundente, el eslogan adecuado para captar el oído emocional de las masas, en el PSOE se empeñan en transmitir buena gestión bajo conceptos ideológicos. Y está demostrado que en nuestro presente la publicidad le gana la partida a la ideología. El tercer lema distópico del Ministerio de la Verdad, “La ignorancia es la fuerza”, cobra sentido 74 años después de publicada la novela del progresista George Orwell.

Desde la famosa propuesta programática de Aznar, “váyase señor González”, la maquinaria publicitaria del PP no ha parado de producir eslóganes afortunados hasta llegar al actual: “derogar el sanchismo”, pasando por el madrileño: “socialismo o libertad”. ¿No le parecen salidos del Ministerio de la Verdad orwelliano? Analizados puntillosamente, la propuesta de Díaz Ayuso fue más valiente que la actual de Núñez Feijóo, porque bien mirado este no se atreve a proponer la derogación del socialismo y lo esconde tras el apellido del líder. Se expondría a ser tildado de excluyente, de censor y de asumir las ideas programáticas de la extrema derecha, de su ya socio Vox, aspirante al poder del partido único bajo un régimen totalitario.

Este es el estado dialéctico de la nación, regido por la demoscopia y la propaganda. Lo hemos vivido en las elecciones municipales y autonómicas de mayo en las cuales ha primado el poder publicitario de la globalidad sobre las gestiones unitarias de municipios y autonomías. Ahora, en la campaña que corre sobre el calendario, la confusión y los enredos entre PP y Vox para gobernar allí donde suman está descafeinando el eslogan estrella de don Alberto. Imagino que en su departamento de comunicación deben andar locos buscando otra frase que tape el desconcierto de los suyos y atraiga los votos indecisos que se les escapan. Feijóo se ha derogado a sí mismo en Valencia y Extremadura y también al esconderse en subterfugios para no debatir con Sánchez. La propuesta del candidato socialista de hacer seis debates fue una desmesura, la del candidato popular, una cobardía sustentada por una razón evidente: es imposible poder confrontar eslogan contra ideología. Por ello sucumbió Aznar contra González y Rajoy contra Zapatero. Además Feijóo aún no domina la orwelliana escena nacional.

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