Opinión

Las enseñanzas del ‘Alakrana’

Mientras al Gobierno se le hacen acusaciones generales sin concretar aquellas acciones que se hicieron mal o que no se llevaron a cabo y debían haberse realizado, a otros muchos colectivos sí se les puede decir que tenía razón el Gobierno cuando pedía prudencia y responsabilidad. ¿Dónde están todos aquellos que criticaron con dureza la aprehensión de los dos presuntos piratas porque impedía la liberación del barco? No hemos pedido perdón los que criticamos a la ministra de Defensa cuando a primera hora del día siguiente de la bajada a tierra de tres marineros Carme Chacón no lo sabía. Dimos por buena la versión de los piratas, que era la que habían contado al capitán y al armador y estos a las familias. El Gobierno no pudo desmentir a los piratas para evitar descubrir el nivel de conocimiento de la situación que tenía. El BNG criticó con dureza y votó con el PP, pero su diputado en el Parlamento gallego no ha pedido perdón por anunciar la liberación de los marineros gallegos en las primeras horas de la mañana. Era mentira: cuando Lobeira lo dijo los piratas seguían a bordo. Ha quedado demostrado que el último pirata abandonó el ‘Alakrana’ a las dos de la tarde. Pero Bieito Lobeira no ha pedido perdón. Tampoco se han retractado los que negaron que la Armada persiguió a los piratas una vez abandonaron el barco y que hicieron los disparos que les permiten las normas de la operación Atalanta: disparos de aviso.


La experiencia del ‘Alakrana’ también ha demostrado que no se pude hacer caso de lo que digan los familiares que no tienen ni deben tener toda la información de lo que ocurre. A ver si nos sirve de experiencia. Esperamos las acusaciones concretas contra el Gobierno.


Algunas preguntas que sería interesante se hicieran para abrir un debate serio sobre cómo actuar en casos de secuestro de buques no hay ningún partido que se atreva a efectuarlas. ¿Debe el Gobierno pagar el rescate en estos casos? ¿Debe permitir el Gobierno o cooperar con el armador para que se pague el rescate? ¿Puede ponerse en riesgo la vida de un secuestrado en un asalto al barco para liberarlo? Nadie las hace porque todos saben que los ciudadanos españoles quieren que se pague el rescate. Así que los partidos tienen miedo a la reacción de los ciudadanos si plantean estas cuestiones.


Otro debate lo deberíamos hacer los periodistas. La exagerada preocupación solo por los nuestros. En Galicia, por los gallegos; en el País Vasco, por los vascos; en España, por los españoles. En muchas ocasiones daba la impresión de que sólo estaban ellos. Los medios de comunicación informaban de tal forma que el ‘Alakrana’, según donde se viera escuchara o leyera la información, llevaba sólo marineros gallegos, vascos o españoles. Los diez restantes no existían. Hasta ayer no conseguí saber que dos son de las islas Seychelles. De los otros ocho, ni idea. Esta parte de la información sobre el secuestro demuestra un tufo racista muy preocupante. Había 36 seres humanos secuestrados a bordo. Tanto vale la vida de un español como la de uno de los otros diez.


El PP rectificó su estrategia en este caso cuando percibió que los ciudadanos no estaban de acuerdo con atacar al Gobierno mientras se negociaba. Pero hasta ese momento, su comportamiento fue censurable, muy censurable. La última experiencia que hay que sacar del caso es que el silencio y la confianza en el Gobierno son claves para encontrar la solución.


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