Opinión

Gürtel G

Acusaciones por dos lados y negativas por el otro pero nadie se ha preocupado de pedir o dar la explicación clave de las andanzas de Pablo Crespo cuando era secretario de Organización del PPdeG. Manuel Fraga, que no ha perdido ni un ápice de su habilidad para escapar de los casos de corrupción que le rodearon (caso Naseiro), dijo que sobre lo que hacía Crespo no supo nada y cuando se enteró de algo lo cesó. Añadió Fraga, para escapar de la contaminación, que a Pablo Crespo lo había llevado a la ejecutiva del PPdeG Xosé Cuiña. ‘Ese gran hombre de Galicia’ resaltó Fraga para disimular. El cese de 1999, tal como están sucediendo los acontecimientos, no fue por discrepancias políticas o por la pérdida de confianza de Cuiña, su mentor, sino por corrupto.


Hasta aquí todo parece perfecto. Pero resulta que Pablo Crespo siguió gozando de las prebendas que le había otorgado el PPdeG, por ejemplo un puesto en el consejo de Portos de Galicia, puesto del que dimitió, no fue cesado, en 2003 según Núñez Feijóo, y según el PSdeG-PSOE fue cesado en 2005 por el Bipartito. Es más, después del cese fue recomendado al PP de Madrid por Xosé Cuiña. Así que el expulsado de la ejecutiva del partido contó con la inestimable ayuda de altos dirigentes del PPdeG pese al cese. Ahora bien, si en la parte del sumario que aún es secreto aparecen pruebas sobre financiación ilegal el PPdeG lo tiene fácil: culpar al difunto Xosé Cuiña.


La otra vertiente que puede acarrear problemas al PPdeG es la de Rafael Louzán. Es muy significativa la tibia defensa que del presidente de la Diputación de Pontevedra hace Feijóo. No quiso poner la mano en el fuego por él.



Te puede interesar