Opinión

Justicia televisada

La moda del seguimiento al minuto de los sucesos más espeluznantes que ocurren en España da una apariencia de opinión pública favorable al ojo por ojo impropia de una democracia. En caliente, todo lo arreglan con incremento de penas, y no tardará mucho en aparecer la petición de la pena de muerte. Todo sobre la marcha, sin la reflexión necesaria. Si fuera por los energúmenos que se juntan a las puertas de comisarias o juzgados berreando, al detenido se le ajusticiaría en el momento. El derecho a la defensa no existe, y mucho menos la presunción de inocencia.


Esas concentraciones de inhumanos emitidas por televisión anima a más descerebrados a sumarse al circo pidiendo cabezas. Los medios de comunicación, la televisión sobre todos, está metida en una carrera enloquecida por dar algún dato nuevo que ni siquiera contrastan, ni cumplen lo que dicta la ley: se entrevista a menores de edad, o se dan los datos suficientes para que el menor sea identificado, como acaba de ocurrir en el caso de Marta, usos denunciados por los consejos audiovisuales de Cataluña y Andalucía y que están en manos de la fiscalía. Espero, en este caso concreto, alguna sentencia condenatoria a los jefes que permitieron su emisión.


Apago la televisión, o cambio de canal, cada vez que salen las conexiones en directo con el vertedero donde se supone está el cadáver de Marta. No sé qué sentido tiene estar cada poco tiempo diciendo que todavía no apareció. La única notica seria que hay que contar es que encontraron el cadáver o que acabaron los trabajos de búsqueda. Lo que casi todos hacen a diario dos veces es utilizar un crimen para aumentar la audiencia. Dan asco. Pero es culpa de todos por subir las audiencias.



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