Pachi Vázquez, sale del congreso extraordinario fuerte, arropado y con la militancia predispuesta al esfuerzo. Ahora el nuevo secretario general de los socialistas gallegos, junto a su ejecutiva, tiene un doble y complicado trabajo que hacer. Por una parte poner en marcha una modernización de las agrupaciones locales, en muchos casos son miembros inservibles, y motivar a los militantes a recuperar el trabajo político dentro y fuera del partido. La primera batalla que tendrá que lidiar en la estructura orgánica es la elección de los coordinadores provinciales, una estructura que provocó recelos cuando se decidió poner en marcha y que por las circunstancias electorales no ha sido objetivo de batalla política pero que ahora parece que habrá pelea y dura en alguna provincia. Pero Pachi Vázquez tiene que salir a la calle a convencer a los ciudadanos de que es el líder que el PSOE gallego necesita.
Para este segundo trabajo cuenta con la plataforma del Parlamento Galego, como jefe de la oposición, veremos como decide articular su trabajo parlamentario, pero cometería un error si se centra en el discurso desde la tribuna parlamentaria. Vázquez necesita patear Galicia haciendo un sobreesfuerzo en las grandes ciudades para construir el necesario perfil urbanita.
Vázquez es un político que domina el juego corto, los cara a cara, es un gran ejecutivo, como demostró en la consellería de Medio Ambiente, pero debe demostrar que tiene la credibilidad necesaria para transmitir las grandes ideas de la nueva etapa del PSOE gallego. Será su gran retro, la gran prueba a superar. Cuenta con los mimbres necesarios: ha podido hacer una ejecutiva que combina sus deseos con el imprescindible equilibrio territorial y cuenta con el respaldo de la ejecutiva federal del PSOE. Todo depende de él.
