Después de un cambio de manguitos y taponar fugas en tuberías, volvemos a este divertimento de opinar desde esta página dando las gracias a todos los que notaron la ausencia. Han acontecido muchas cosas en la política gallega, pero la actualidad penaliza opinar sobre el pasado, así que analicemos la supresión de la gratuidad de los libros para miles de familias gallegas.
La primera consideración es para llamar la atención de los necios que no distinguen entre un partido y otro, para lo cual argumentan con brillantez que todos son iguales. Pasen y vean, necios del mundo: hay partidos que apuestan por la gratuidad de los libros y otros que la reducen a la mínima expresión (sólo para evitar que los acusen de eliminación). Lo que más desconcierta es el descaro de los dirigentes del PPdeG para usar palabras como progresismo y solidaridad, teniendo en cuenta que desconocen su significado. Cuando afirman que el sistema es mejor ahora porque los libros se dan en propiedad y el alumno, si tiene dudas, al año siguiente, puede consultarlos, esto ¿qué es?, ¿progresismo o necedad? Salvo trastorno mental transitorio, que yo sepa internet no ha desaparecido.
Uno no entiende dónde está la solidaridad cuando son menos las familias que tendrán libros gratis, ni por qué es progresista obligar a los mileuristas a pagar el 50% del precio de los libros. Pero, en el fondo, sé que estoy equivocado, que es la Xunta la que tiene razón. No puede ser de otro modo cuando tras el anuncio aquí no arde Troya, no hay movilizaciones de padres y sindicatos. Todo se limita al tedioso debate en el Parlamento. Así que olvídense de mis argumentos y limítense a dar fe de que en Galicia gobierna la derecha.
