La aldea de Agrelo, en Muíños, lleva días haciendo frente a la escasez de agua. La fuente que abastece al lugar está prácticamente seca.
De las cañerías de las viviendas apenas sale un chorro de líquido elemento, algo turbio, que solo sirve para lavar y regar, porque no es apta para el consumo.
La situación, crítica, les obliga a avituallarse con agua embotellada y a acudir a los manantiales del municipio que, por ahora, tienen agua.