Los cementerios de la provincia se llenaron de visitantes en una jornada marcada por el ajetreo de familiares y amigos de las personas enterradas en mausoleos y tumbas repartidas por los cuatro puntos cardinales de la geografía ourensana.
El trasiego de centros florales y jarras con agua era constante en villas como Ribadavia, Carballiño, Allariz, Celanova, Bande, Pobra de Trives, O Barco o Manzaneda.