REPORTAJE

En Os Blancos: Cultura y arte en plena naturaleza

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photo_camera Lois Cid, Pablo Nom, Mireia Pons y Anna Vilamú desarrollan proyectos artísticos en Os Blancos.

Lois, Pablo, Mireia y Anna han pasado de ser desconocidos a convivir durante 24 horas en la casa que Espacio Matrioska tiene en Os Blancos. Allí están desarrollando sus proyectos artísticos relacionados con el arte y la vida en el rural. 

Realizar intervenciones artísticas en arquitecturas abandonadas, investigar qué acciones provocan sensación de bienestar y seguridad, estudiar de qué manera se puede ser más autosuficiente para evitar el consumo en áreas comerciales y captar imágenes que evoquen sensaciones y sentimientos son los cometidos de Pablo, Anna, Mireia y Lois, participantes en el programa de residencias de Matrioska, en Os Blancos. Durante 15 días estos jóvenes licenciados en Bellas Artes y procedentes de Cuenca, Vic, Vilanova i la Gertrú y Xunqueira de Espadanedo, desarrollarán sus proyectos en la casa que el colectivo tiene en la localidad limiana y convivirán con sus integrantes y con los vecinos del municipio, de quienes han destacado "lo abiertos que son".

Es la cuarta vez consecutiva que Espacio Matrioska abre convocatoria para sus residencias de verano y en esta edición se han seleccionado ocho propuestas de las más de 40 que han recibido desde distintos puntos del país y del extranjero. Para escoger a los candidatos, los integrantes de la asociación cultural valoraron que los proyectos presentados pudieran aplicarse y relacionarse con contexto, la cultura y la población de Os Blancos.

Pablo Nom participará en la recuperación de inmuebles abandonados en el entorno mediante una intervención artística. "El objetivo es respetar las tonalidades y la forma de la propia arquitectura", explica. "Hemos estado viendo lugares y hablando con vecinos. A los propietarios de estas construcciones les parece bien lo que vamos a hacer, confían en nosotros", añade.

Por su parte, la propuesta de Anna Vilamú es más vivencial. "He construido cabañas físicas con niñas del pueblo y he reflexionado sobre qué cosas, algunas que pasan desapercibidas, nos provocan sensaciones de seguridad y bienestar para, posteriormente, plasmarlas en una publicación", dice la catalana. "En Os Blancos y Matrioska me gusta vivir el intercambio de comida y la colaboración directa entre vecinos. Son costumbres que se deberían poner en valor porque que se han perdido en los entornos de ciudad", añade la residente.

Mireia Pons acaba de terminar sus estudios y su preocupación por la poca autosuficiencia de los seres humanos a la hora de cubrir sus necesidades básicas la llevó a explorar Os Blancos. "Estoy recuperando algunos conocimientos básicos en un recetario y también anécdotas, con el objetivo de divulgar la autosuficiencia y depender menos del consumo mercantil", explica. "Me interesé por los procesos de fabricación de pan y aquí estoy trabajando con un panadero del pueblo. Estamos elaborando una masa madre y la idea es dejar una poca aquí y llevar el resto a Barcelona, de manera que podamos hacer panes hermanos", añade.

El proyecto del ourensano Lois Cid está más relacionado con el audiovisual. "Presentarei un fanzine e unha videoexposición con experiencias sensoriais que tiven en Os Blancos", dice. "Retrato elementos do entorno que conectan con vivencias pasadas para, despois, facer unha narración", añade.

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