hurtos en a Limia

La Guardia Civil intensifica la vigilancia por la noche

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photo_camera La iglesia de Zos (Tramiras).

Los agentes trabajan con la hipótesis de que los robos, dado el modus operandi y la franja horaria en que se produjeron, fueron perpetrados por las mismas personas.

La Guardia Civil lleva contabilizados diez robos en iglesias de la provincia durante este año. Los últimos registrados en la comarca de  A Limia encendieron la alarma en la Comandancia ante la sospecha de que los delincuentes pasen de robar las limosnas a sustraer objetos religiosos de valor, obras de arte que después sean irrecuperables.

"De momento, solo en dos de los diez templos se apoderaron de algo más que no fueran las limosnas. En uno se llevaron un cáliz y en otro una cadena de oro que lucía una de las imágenes En los restantes vaciaron los cepillos", aseguró el teniente coronel Manuel Javier Novo Colldefors

La cadena de oro fue sustraída en la imagen de Santa Lucía, en la iglesia de Zos (Trasmiras). Los delincuentes, tras apoderarse de la joya -había sido donada por una devota-, colocaron la talla religiosa de espaldas.

 La preocupación por los continuos asaltos a los templos provocó que los agentes de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil asumiera la investigación. Los agentes, que trabajan en colaboración con el Obispado de Ourense y los diferentes párrocos, inspeccionaron cada uno de los templos robados con el objetivo de hallar pruebas que permitan identificar a los delincuentes.

El capitán de la Policía Judicial Rodrigo de García de la Rosa declinó este jueves avanzar cualquier detalle de la investigación, así como del material recopilado en los templos. Eso sí, García de la Rosa se mostró satisfecho con los pasos que están dando, que finalizarán a su entender con la detención de los ladrones.

Los últimos robos en la comarca de A Limia se produjeron en el triángulo que forman los pueblos de Piñeira de Arcos (Sandiás), Trandeiras (Xinzo), Vilaseca , Abavides y Zós (Tramiras). Rodrigo García tiene cada uno de los pueblos subrayados y no descarta que los delincuentes residan en la misma zona y conozcan perfectamente cada uno de los templos.

Los agentes trabajan con la hipótesis de que los robos, dado el modus operandi y la franja horaria en que se produjeron, fueron perpetrados por las mismas personas.


Redoblar la vigilancia


Pero no solamente la Policía Judicial de la Guardia Civil está buscando pistas sobre los ladrones de iglesias. La Comandancia decidió redoblar la vigilancia, sobre todo por las noches, con el objetivo de interceptar a los delincuentes cuando se dispongan a perpetrar algún robo.

De los controles se encargan las distintas patrullas de Seguridad Ciudadana que hay en los cuarteles de la provincia, que tienen como prioridad vigilar todos los templos religiosos, pero con especial atención a aquellos en los que se custodian más objetos de valor e imágenes religiosas.

En este sentido, los investigadores apelan a la sensibilidad de la población para que alerten de cualquier movimiento extraño en torno a las iglesias o en el pueblo.

Los robos de templos, según  Manuel Javier Novo Colldefors, también se están registrando en otras diócesis limítrofes con las que se está compartiendo información. 

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