Muíños solicita la inclusión de los carballos de A Clamadoira en el Catálogo de Árbores Senlleiros

Un reconocimiento a siglos de silencio

El ex-pedáneo de Barrio de Muíños, Francisco Domínguez, posa ante uno de los árboles centenarios. (Foto: LR)
La Corporación municipal de Muíños ha acordado solicitar a la Consellería de Medio Ambiente la inclusión de los ‘Carballos da Clamadoira’ dentro del Catálogo Galego de Árbores Senlleiros. Una distinción que permitiría ampliar la protección y garantizar una mayor conservación de los seis robles centenarios que bordean la capilla de A Clamadoira, lugar de culto mariano y desde donde se observan unas espectaculares vistas de la comarca de A Baixa Limia, bañados por las aguas del embalse de As Conchas.
Bordeando el atrio de la capilla de A Clamadoira, en el monte de su mismo nombre, los vecinos de Muíños ensalzan la persistencia y fortaleza de seis viejos robles centenarios que, en el transcurso de los años, han sido testigo de las multitudinarias ediciones de la romería en honor a la Virgen de los Clamores (se celebra cada segundo domingo de septiembre) y, quien sabe si también de la propagación de la leyenda que asegura que en la zona se convocaba a la lucha contra los moros.

Estos robles, que comparten recinto con la iglesia, son los protagonistas de la moción, respaldada por la totalidad de los grupo municipales en la que se solicita a la Consellería de Medio Ambiente, ‘que inicie o procedemento para declarar o monumento natural árbores senlleiras os conocidos Carballos da Clamadoira atendendo a súa singularidade e antigüedade’. ‘Estes árbores veñen cargados de lendas que fai que se lles preste unha atención e un interés especial, ao tempo que representan unha importante testemuña de moitas etapas da historia local do Concello de Muíños, que non pode pemitirse perder por ser un dos seus mellores valores naturais e culturais’, confirmaba el concejal de Cultura, Alejandro Castro.

Los vecinos coinciden en que en estos robles centenarios concurren características excepcionales como su porte, edad, significación estética, paisajística, incluso científica. Con 90 años, el ex-pedáneo de Barrio de Muíños, Francisco Domínguez recuerda ‘como os meus avós xa falaban deles como exemplares moi antigos’ a la vez que confirmaba, metro en mano, que el perímetro del roble más antiguo alcanza los 5,2 metros. ‘Son tan bellos que as ramas non arden’, bromea Domínguez, quien ha sido testigo de como ‘as ramas máis altas cederon ata dúas veces co vento, pero o carballo sigue en pe’.

A expensas de dictar una resolución favorable a los ‘Carballos da Clamadoira’ de Muíños, en la actualidad, existen un total de 128 ejemplares incluidos dentro del Catálogo Galego de Árbores Senlleiras que desde 2007 vela por la protección y conservación de árboles o formaciones arbóreas singulares de Galicia.

Un delito menor

El monte donde están ubicados los árboles es propiedad de 21 vecinos de Barrio de Muíños, de los que sólo seis viven en la aldea. ‘Fai 125 anos que o pobo comprouno ó Estado, e cada un dos 21 parcelarios pagou daquelas 500 pesetas’, relata Francisco Domínguez. De menor antigüedad, pero con mucha historia, son los 23 robles que conforman el singular paisaje del campo, con palco de la música, bancos de piedra y fuente incluida.

‘Os carballos planteinos eu cas miñas máns no ano 1944 e ca axuda de José Rodríguez, procurador de Bande que tristemente faleceu fai uns meses’, recordaba Domínguez Álvarez. Después de tantos años, y con el delito ya prescrito, el que fuera autor de este singular paisaje que hoy visitan casi a diario vecinos y visitantes del Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés, confesaba que ‘antes todo isto era monte raso e, despois de limpalo para a festa, queríamos polo bonito, así que roubamos as árbores das fincas do arredor’.



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