Los vecinos respaldan la continuidad de un grupo que en 2011 participó en 2.585 intervenciones

Voluntarios de emergencias sostienen el servicio en Lobios

Efectivos de Emergencias de Lobios durante un simulacro desarrollado con medios lusos y gallegos. (Foto: MARCOS ATRIO)
Un total de 12 de los 15 integrantes del equipo de Emergencias de Lobios, servicio del que dependen directamente las urgencias de los 2.238 vecinos del concello, trabajan desde el pasado 1 de enero como voluntarios y sin cobrar. Su situación, explican desde el servicio, 'se repite anualmente en el periodo entre el cierre de un ejercicio y la convocatoria de las bases para la siguiente subvención'. Pero defienden que 'no por usual, deja de ser preocupante' y recuerdan las 2.585 intervenciones realizadas en 2011 (1.239 más que en 2010), de las que 688 fueron incendios, accidentes de tráfico y traslados sanitarios.
La situación se ha visto agravada por los retrasos de la Consellería de Medio Rural a la hora de hacer efectivo el pago de la subvención de 2011 y la ratificación del convenio de 2012 para los tres empleos estables del grupo de intervención rápida (Grumir). Aunque fuentes de la consellería han confirmado que 'están estudiando cómo mantener el convenio con los ayuntamientos', lo cierto es que en Lobios, el Concello se ha tenido que hacer cargo del sueldo de los tres empleados que coordinan la continuidad del servicio. 'Entendemos que es prioritario e imprescindible para los vecinos', reconocía la alcaldesa de Lobios, María del Carmen Yáñez, que enfatizó que 'para nosotros supone un gran esfuerzo, dada la situación económica local, pero es muy de agradecer el trabajo que están realizando todos los voluntarios'.

El equipo, que en los últimos años ha sido objeto de una intensa formación, mantiene los turnos de trabajo las 24 horas del día. 'Lo tomamos con más calma, pero siempre estamos al pie del cañón', asegura Pedro Domínguez, uno de los voluntarios. 'Trabajar sin cobrar es mejor que no tener un trabajo', enfatizan los miembros del grupo donde también hay hipotecas y letras del coche que pagar. 'Hay que ir tirando y apretarse el cinturón, ¡como el resto del país!', añade sin perder la ilusión Sonia Amorín, al tiempo que reconoce que 'lo que queremos es que funcione y que los vecinos, en su mayoría personas mayores, no se queden sin el servicio'. Un gesto que, según los voluntarios, agradecen mucho los usuarios que, de otra manera, dependerían de las urgencias sanitarias de Bande (a 25 kilómetros) o los bomberos de Xinzo (a 44 km.).

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