Abramos los ojos

Quisiera mostrar mi intranquilidad ante el futuro tan adverso que se les presenta a los jóvenes.
Desafortunadamente, la profunda crisis financiera que padecemos actualmente también afecta a los jóvenes cualificados que están dispuestos a trabajar, pero que no pueden llevarlo a cabo. Muchos de ellos tienen la necesidad de emigrar a otros países como lo hicieron nuestros abuelos años atrás, con el fin de encontrar un empleo digno más allá de nuestras fronteras. Esta situación está provocando que exportemos a personas con talento, preparación e iniciativas, que desgraciadamente no tienen oportunidad de desempeñar en las condiciones que muchos de ellos querrían.

¿Debemos permitir que el futuro de nuestra sociedad se vaya? Salvo que esto cambie, nuestros jóvenes sacarán un billete de ida al mercado laboral en el extranjero, facturando en su equipaje ideas y proyectos. Dependerá de nosotros que no tomen ese tren para ponerlas en práctica aquí.

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