LA AUSTERIDAD Y LA TRIBUTACIÓN DE LA SELECCIÓN

En el año 2008, nuestra selección de fútbol tributó el montante total de las primas (más de 200.000 euros por barba) en Austria, gracias a un beneficioso convenio firmado por el Generalísimo en los años 60.
La Hacienda española no vio un céntimo de euro. En 2010, la misma selección intentó tributar las primas en Sudáfrica a un 20%, pero dado algún 'pequeño titular' de la prensa y la polémica que se podía generar, acabaron tributando en España al 43% de rigor. Con mucho dolor, supongo. Si este verano ganaran la Eurocopa, cada jugador que levante el trofeo se embolsaría 300.000 euros, y los acuerdos suscritos entre España, Ucrania y Polonia podrían generar otra situación insólita: los futbolistas podrían no tener que pagar un solo euro en impuestos, y de hacerlo no irían a parar al fisco de nuestro país, sino al polaco o ucraniano, y en una cantidad máxima de un 20%, menos de la mitad del 52% que pagarían en nuestro país, de acuerdo con la nueva fiscalidad aprobada por el Gobierno. Y eso con los 23 convocados, jueguen o no. Hagan cuentas.

Así están las cosas en estos difíciles tiempos de 'austeridad'. No sólo es un insulto que cada jugador cobre esa cantidad de dinero, sino que además utilicen los subterfugios que la ingeniería financiera les ofrece para evitar pagar los impuestos en el país que da nombre a su selección. Un expolio consentido, vamos. Aunque siempre tendrán la oportunidad de aprovecharse de la amnistía fiscal que les ofrece el Gobierno e higienizar en nuestro país el dinero que acumulan en sus paraísos fiscales gravando un 10%. Un chollo.

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