GÓMEZ LLORENTE: UN POLÍTICO COHERENTE

El reciente fallecimiento de Luis Gómez Llorente, cofundador e intelectual de 'Izquierda Socialista', sugiere entre otras muchas cosas la imagen del político coherente con sus convicciones y con sus proyectos aunque fueran derrotados por mayorías mecánicas en los congresos oportunistas.
Militante de base en el socialismo del antifranquismo, presidente del Colegio de doctores y licenciados de Madrid, logró juntamente con el Colegio de doctores y licenciados de Barcelona, y de otras provincias formar un frente en la enseñanza que más tarde se haría presente de forma inequívoca en la redacción del articulo 27 de la Constitución, relativo a la Educación, en el que se consagraría la posibilidad de una enseñanza científica, plural, respetuosa con las peculiaridades de las personas, de su psicología, de su extracción lingüística e ideológica.

El debate marxismo sí/marxismo no del 28º Congreso, en el que fue derrotado el socialismo marxista, encubría además de los contenidos de clase defendidos desde su fundación por el partido de Pablo Iglesias, otro modelo de organización más burocratizado y centralizado, encaminado sobre todo a ganar las elecciones con un programa en el que no se contemplaban las reivindicaciones más profundas en las necesidades de la sociedad. Se alimentaron otras inquietudes que tenían muy poco que ver con el desarrollo de las personas.

Gómez Llorente, en un ejercicio de la democracia, dio paso al mandato de Felipe González y Alfonso Guerra, y con ello a un modelo de socialismo en el que no se socializó la riqueza y tampoco se moderaron los afanes consumistas promovidos por las grandes firmas bancarias, alentadoras en gran medida de la actual crisis económica. Convencido de que, como Gramsci decía, 'la verdad es revolucionaria', se apuntó al desarrollo de la cultura y de la educación propia del socialismo de base a través de 'la izquierda socialista'. Para él la cultura es organización, disciplina del propio yo interior, toma de conciencia de la propia personalidad, conquista de una conciencia superior, con la que logramos comprender nuestro propio valor histórico. Esto no puede suceder por generación espontánea. El hombre y la mujer son creación histórica, expresión de las contradicciones sociales. Si no, no se explicaría por qué todavía no disfrutamos de una sociedad más justa.

Una de las contradicciones, y no pequeña, es la incoherencia de los políticos con sus propios idearios. Su aplicación desenfrenada al triunfo fácil, distanciados del compromiso social con las personas y con su educación.

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