HERMINIO MENOR FERNÁNDEZ 'GOLPELLÁS'

n n nMi querido amigo: Hasta allá arriba te remito este sentido y póstumo recordatorio. Hace ya 57 años que entablamos profunda amistad y respetuoso trato ininterrumpidos. Nobles valores refrendados en tu honorable consorte Gumersinda y vuestro hijo Manolo, con quien compartí y disfruté indelebles jornadas cinegéticas y trucheras por media España. Sumados a estos sanos esparcimientos reseño las partidas de tresillo que, contigo, Herminio, empecé a practicar 'in illo tempore', ya tan lejano. Llegué a pensar que San Pedro había traspapelado tu ficha o se le había 'pasado' convocarte... Mas, no. Al alba del 21 de junio, sin es
Hace ya 57 años que entablamos profunda amistad y respetuoso trato ininterrumpidos. Nobles valores refrendados en tu honorable consorte Gumersinda y vuestro hijo Manolo, con quien compartí y disfruté indelebles jornadas cinegéticas y trucheras por media España. Sumados a estos sanos esparcimientos reseño las partidas de tresillo que, contigo, Herminio, empecé a practicar 'in illo tempore', ya tan lejano. Llegué a pensar que San Pedro había traspapelado tu ficha o se le había 'pasado' convocarte... Mas, no. Al alba del 21 de junio, sin esperárselo nadie, sin molestar, sin ruidos, en sigilo, llegó tu partida a tus 102 años bien llevados. Suave y plácidamente subiste al encuentro del Padre, para agradecerle el regalo de una vida centenaria.

Con los tuyos te añoramos. Mas, todos damos gracias al Señor por tu longeva existencia. Nunca necesitaste botica ni boticario, excepto estos dos últimos años que una ligera hemiplejia te atenazó y sujetó en casa sin mermar tu lucidez mental. En mis frecuentes visitas la única queja que musitaron tus labios era para lamentar tu menguado oído. Con humor te transmitía mi consuelo: 'Amigo Herminio, non teñas pena; pro que che hai que ouvir'.

Se nos fue un apreciado y venerado centenario, como quedó plasmado en su multitudinario y solemne funeral. En este pequeño municipio de Paderne, en la parroquia de San Lorenzo de Siabal, nos queda otro regalo de Dios, otra 'joya' centenaria, Rosa Iglesias Vidal, quien, el pasado día 14, cumplió 105 años, con toda lucidez y jovialidad, celebrando con enorme emoción y alegría la visita 'do seu señor abade' don Carlos.

Amigo, quiero seguir recordándote como el Herminio de siempre: elegante y bien vestido. Recto en el porte, en el andar y en el obrar. Educado, correcto y dialogante. De saber ser y estar. Todo un caballero.

Consuélete saber que tus amigos estamos a la vera de tus allegados para compartir y mitigar tu hiriente ausencia. A este propósito aporto el proverbio que citaba hace poco el amigo don José Carlos: 'A las alegrías no vayas, a no ser que te inviten. A la tristeza acude presto, aunque no te llamen'.

Con un cariñoso abrazo desde la fe y en la lejanía, suplico al Cristo de la Buena Muerte que te pase 'ex umbra in solem': de la 'noche oscura' de la vida, a la indefectible y rutilante luz de la eternidad.

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