ENTRE IGNORANCIA E INCERTIDUMBRE

Que nadie se equivoque.
La ayuda, préstamo o rescate que va a proporcionarnos la Unión Europea no constituye ningún premio, sino el público reconocimiento de nuestro rotundo fracaso financiero. Obedece pura y simplemente a la desastrosa gestión realizada en las cajas de ahorro reconvertidas en bancos por parte de unos desaprensivos administradores, unido a ignorantes políticos y sindicalistas instalados en sus consejos de administración por intereses partidistas. El verdadero problema, o uno más, se producirá cuando ese dinero llegue a la entidades 'necesitadas' y mucho nos tememos que en principio esos fondos, egoístamente, sean dedicados a tapar sus propios agujeros y no para que fluya el préstamo a pequeñas y medianas empresas con depauperadas economías y comenzar a crear puestos de trabajo.

El veto del Gobierno a la comisión de investigación de las cajas es otro fallo garrafal. Todos los partidos mantienen su cuota de sinvergüenzas que ocasionalmente van siendo descubiertos, y en algunos casos, los menos, severamente juzgados. En la Unión Europea, Bruselas, Alemania y como no, también la señora Merkel, están perfectamente enterados de las fechorías y latrocinios cometidas en las cajas, esperándose del Gobierno español acciones serias y contundentes para terminar con esta pléyade de indeseables que tanto han desprestigiado al país.

En otro orden de cosas, una gran mayoría de la ciudadanía no se explica la frialdad con que los mercados han recibido la concesión del citado préstamo. Algo debe suceder para que tan voluminosa cifra no produzca la confianza esperada entre los inversores. ¿Qué habrá que hacer para que retorne la tranquilidad?

Durante muchos años, bancos y cajas presentaban unos beneficios millonarios, y ahora, de pronto y casi repentinamente, se descubre que todo es un pufo. Pasamos de ser el no va más a deshecho, y a todo esto, el Banco de España, máximo órgano de control, sin enterarse de lo que estaba ocurriendo. La sociedad considera, y con toda la razón, que dicho dinero no será devuelto, siendo disfrutado con largueza por todos aquellos depredadores de lo ajeno, a los que nos les preocupa en absoluto la crisis.

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