¡QUE NO BEBA EL NIÑO, que ACABO DE LAVAR LA JERINGA!

Me pareció leer varios días atrás en este mismo periódico que el Ayuntamiento de Ourense iba a invertir nada más y nada menos que unos cincuenta millones de las antiguas pesetas para reformar al Parque San Lázaro. Y yo pensé, ¿por qué no destinar un poquito de ese dinero a darle una pasadita al Parque Infantil, que tanta falta le hace? Y les cuento por qué y les cuento también aquello de '¡Que no beba el niño, que acabo de lavar la jeringa!'.
Nuestro querido parque infantil -el de toda la vida de nuestra ciudad, donde jugamos tanto y donde ahora juegan nuestros hijos- está el pobre hecho un asquito. El estado de abandono, la falta de limpieza y la falta de mantenimiento que presenta todo el recinto en general hace que el parque no sea un lugar apto para que jueguen nuestros niños. La presencia de basura y de heces de animales entre el mobiliario del recinto hacen del parque un lugar insalubre para que nuestros pequeños disfruten de su tiempo de recreo. Una opción para los padres sería no llevar a los niños a jugar allí pero eso no creo que sea la solución. La solución es que nuestro alcalde destine un poquito de esos 300.000 euros y reforme el parque infantil. También sería una buena idea que destinase algún efectivo de la Policía Local a controlar, para así evitar que ciudadanos incívicos lleven a sus mascotas a hacer de las suyas al lugar donde juegan los niños pequeños.

En cuanto a aquello de '¡Que no beba el niño, que acabo de lavar la jeringa!', el niño es mi hijo de tres años y el que avisa se podría decir que un ciudadano ejemplar que me previene para que Fabio, así se llama mi hijo, no beba de la fuente del parque infantil de la calle Concejo, porque acaba de lavar la jeringa que seguramente acaba de utilizar, siendo las doce de la mañana de un sábado cualquiera.

SEÑOR ALCALDE, TOME NOTA.

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