CELANOVA

Celanova, cantera vinícola

celanova_result
photo_camera El huerto escolar del colegio Sagrado Corazón de Celanova se tiñó ayer de rojo en la representación de los trabajos de la vendimia protagonizados por los alumnos de educación Infantil y Primaria. La actividad surgió hace un par de años "como u

Alumnos de Infantil y Primaria del colegio Sagrado Corazón de Celanova participaban ayer en una atípica jornada de vendimia en el huerto escolar

El huerto escolar del colegio Sagrado Corazón de Celanova se tiñó ayer de rojo en la representación de los trabajos de la vendimia protagonizados por los alumnos de educación Infantil y Primaria. La actividad surgió hace un par de años "como un complemento a la unidad didáctica, para que los niños aprendan nuestras tradiciones, que se están perdiendo", explicaba la directora, Begoña González, mientras supervisaba la atípica jornada lectiva en el centro de la villa de San Rosendo. 

Ataviados con guantes, tijeras y algún que otro delantal, los menores se citaron pasadas las diez de la mañana en la entrada del patio escolar. Por delante les esperaba una clase práctica sobre las labores del campo. "Es muy divertido, sobre todo aplastar las uvas en el cubo", reconocía María González  que, a sus nueve años y pese a vivir en un pueblo del rural celanovés, reconocía que "solo veo vendimiar en el colegio". Una afirmación que compartían sus compañeros Miguel López y Antía González, para quienes lo más atractivo de la actividad no fue la vendimia en sí, sino "poder vir no recreo e comer as uvas máis grandes", coincidían ambos.

Durante la mañana, por grupos de edad, los menores participaron en el proceso de poda, pisado e introducción del caldo resultante en las cubas. "Después, los mayores estudiarán el proceso de fermentación", comentaba González, que aclaró que el ciclo acabará ahí. "Igual lo prueba algún profesor, pero para ver que resulta ¡porque nosotros no sabemos hacer vino!", aseguró.

Blanco y tinto
El parral, con una mezcla de diferentes variedades de blanco y tinto, separa la zona de juegos de los jardines del centro escolar donde durante el año florecen y se pueden degustar diferentes frutos como cerezas, castañas, nueces, frambuesas o manzanas. "Es importante para nosotros que los niños mantengan una alimentación saludable y, precisamente por eso, dos veces a la semana promovemos el consumo de frutas en los recreos", resaltaba la directora, que confirmó que en los árboles ya no quedan manzanas. "Las hemos recogido para endulzar los postres de la fiesta de Halloween que el mes que viene celebraremos en el centro", concluía.   

Te puede interesar