El regidor José Luis Ferro, que pidió la dimisión de la tránsfuga, cobrará 1.800 euros al mes y dos ediles se quedarán sin sueldo

La oposición obliga a la rebaja de los salarios del grupo de gobierno

Leopoldo Rodríguez, Gonzalo López, Montse Álvarez, Toño Fernández, María Jesús Boo y Javier Pulido.
El PP de Celanova perdió ayer la mayoría absoluta en la Corporación (seis concejales del PP frente a los siete que suman BNG, PSOE y no adscritos) al ratificarse en pleno el paso al grupo de los no adscritos de Montserrat Álvarez. La primera medida consensuada por la oposición fue la bajada del sueldo del regidor Jose Luis Ferro, de 3.714 euros brutos al mes a 1.800 netos en 14 pagas.
La rebaja no estuvo exenta de polémica y es que, debido a un defecto en la confección de la moción detectada por el interventor, éste y el secretario declararon que 'no garantizan su legalidad'.
A pesar de las reticencias de los técnicos, que se opusieron a que se modificara en ese momento, la oposición aprobó la moción que incluye también la eliminación de dos de las tres dedicaciones parciales (solo habrá una retribución bruta anual de 16.113,16 euros) y una mayor fiscalización de las dietas y coches oficiales (solo para desplazamientos fuera de la provincia).
El PP, que votó en contra, advirtió que 'a supresión das dedicacións mermarán a calidade dos servizos administrativos', señalo el popular Máximo Losada. La socialista María Jesús Boo le dijo que son 'salarios xustos e dignos' y el nacionalista Leopoldo Rodríguez le recordó que 'estamos aquí voluntariamente, a política non é unha profesión'. Para entonces los ánimos estaban más calmados.

CÓDIGO DE CONDUCTA

Y es que el alcalde amenazó con no celebrar el pleno si la edil no adscrita no ocupaba su puesto habitual (se sentó entre los dos grupos de la oposición). Tras unos minutos de revuelo, con críticas de la oposición y del público asistente, el regidor cedió a la presión y abrió la sesión con un 'bos días'. La tensión volvió en el séptimo punto, cuando Ferro instó a la oposición a llegar a un acuerdo sobre un código de conducta política en relación con el transfuguismo en las corporaciones locales, asegurando que el Concello esta atravesando por un 'grave problema democrático'.
En una dura y directa intervención, el regidor pidió sin éxito la dimisión de Álvarez y recordó las tensas semanas vividas tras la dimisión de Antonio Mouriño, acusando a la tránsfuga de 'desaires, caprichos, amenazas de abandono de grupo' que finalmente se cumplieron el 2 de noviembre. Palabras que la concejala respondió con un escueto 'no voy a decir nada' y que nacionalistas y socialistas se negaron a debatir al entender que su marcha del PP está amparada por la ley.
En el transcurso de la sesión se aprobó por unanimidad la composición de las comisiones informativas (alcalde, dos del PP y tres para BNG, PSOE y no adscrito) y la modificación del anexo de inversiones sobre una subvención de la Diputación de 136.000 euros para obras y mobiliario del Auditorio, donde Boo instó a que se invite a empresas de Celanova. Mientras, el BNG sacó adelante dos mociones por la vía de urgencia referidas a la mejora de los accesos de la autovía en el acceso de Mourillós y sobre el cambio de la ley hipotecaria.

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